Pese a ser uno de los rostros fundacionales del llamado Universo Cinematográfico de Marvel (MCU), Thor ha sido de los personajes que más se ha complicado definiendo su lugar en el taquillero mundo de las películas basadas en historietas de Stan Lee y compañía. El drama familiar por el que apostó la primera cinta fue tibiamente recibido, mientras que su secuela es tildada como la película más débil de todas las entregas del MCU. Incluso su subtrama en Avengers: La era de Ultrón (2015) es apuntada como lo peor de la historia
Para su tercera película -sumándose a Iron Man y al Capitán América como los únicos héroes del MCU en tener tres películas en solitario-, Thor: Ragnarok, que se estrena el jueves en Chile (una semana antes que en Estados Unidos), el director neozelandés Taika Waititi propone, de forma implícita, su solución: Thor es un personaje de comedia, y brilla más mientras menos en serio se tome a sí mismo. Un cambio drástico de dirección para una historia que, si bien siempre tuvo una cuota de humor, no se caracteriza exactamente por su irreverencia ni acidez, sino que presentaba con solemnidad un mundo cuasi shakesperiano de dioses con capas y mundos coloridos generados por computadora.
En ese sentido, Thor: Ragnarok es casi una parodia de las películas anteriores del personaje, con el arrogante dios del trueno transformado derechamente en un arma de humor.
Dos años después de La era de Ultrón, Thor (Chris Hemsworth) sigue intentando hacer sentido a sus sueños recurrentes, en donde ve la llegada del Ragnarok, la profecía sobre el fin de su reino, Asgard, y sus mitológicos habitantes. De regreso en su mundo, el héroe se da cuenta que su hermano Loki (Tom Hiddleston) lleva años posando como el padre de ambos, Odín (Anthony Hopkins), en el trono asgardiano. Desenmascarado el engaño, Thor obliga a Loki a ayudarlo a encontrar a su verdadero progenitor, desterrado en la tierra. El dúo logra dar con el paradero de éste -gracias a la ayuda del Doctor Strange (Benedict Cumberbatch) en un breve cameo- sólo para enterarse de malas noticias: antes de criarlos a ellos, Odín tuvo una hija, Hela (Cate Blanchett), a quien tuvo que aprisionar luego de que su poder se saliera de control y quisiera dominar el universo. Pero con Odín en un débil estado, Hela logra escapar de su destierro, buscando ocasionar el Ragnarok.
La villana demuestra rápidamente ser superior a sus hermanos, destruyendo el martillo de Thor -que le da sus poderes- y ocasionando que éste termine varado en el planeta Sakaar, donde el llamado Gran Maestro (Jeff Goldblum, una de las mayores fuentes de comedia en la película) lo captura y obliga a luchar en su arena de gladiadores, donde, para su sorpresa, se reencuentra con Hulk (Mark Ruffalo), transformado en una estrella en Sakaar tras desaparecer de la Tierra luego de Avengers 2, y quien lleva dos años sin transformarse en su forma humana, Bruce Banner.
Por sobre la historia -que igualmente cierra de buena forma el arco dramático de la trilogía-, la película de Waititi privilegia los diálogos rápidos, encontrando el humor en la interacciones entre Thor y Hulk -con ninguno de los personajes destacando por su inteligencia-, y entre el protagonista y la heroína asgardiana Valkiria (Tessa Thompson), una hábil guerrera con serios problemas con el alcohol.
El mismo Waititi, conocido por comedias como Lo que hacemos en las sombras (disponible en Netflix) también actúa en la cinta con el personaje de CGI Korg, un bonachón y hablador gladiador alienígena que se roba cada escena en la que aparece.
La fórmula del realizador oceánico parece estar dando resultado: la crítica inicial a la cinta ha destacado su giro humorístico, aunque presentando reparos con la historia. "Ragnarok es básicamente una máquina de hacer bromas. Y en ese sentido, funciona. La película es muy divertida", afirmó Entertainment Weekly.
Las proyecciones de taquilla de los portales especializados aseguran que la cinta debería superar sin mayor problema los US $ 644 millones obtenidos por Thor 2, transformándose en la más taquillera de la trilogía.
Si bien con la película la historia individual de Thor se cierra, el personaje tendrá pronto su regreso a la pantalla grande, como parte de Avengers: Infinity war, en 2018.