Cuando José María Chaile y Matías Mariano Ramos salieron a cazar guanacos en el desierto de Atacama, en el norte de Chile, se toparon con un gran cráter que no habían visto antes.
En el fondo del pozo, una rocas informes les llamaron la atención.
Al ver cómo brillaban después de limarlas con esmero, Chaile y Ramos creyeron haber hallado un magnífico tesoro de mineral de plata.
Era el año 1822. Y aunque más tarde descubrieron que no se trataba de plata, no estaban completamente equivocados: habían encontrado un objeto extraordinario.
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El trozo que se muestra en el museo pesa 4,7 kilos. Se estima que el meteorito entero pesaba cerca de 1.000 kilos.[/caption]
Lo que Chaile y Ramos tenían entre sus manos era uno de los meteoritos más raros y hermosos que jamás se haya encontrado en la Tierra.
Hoy, un fragmento de este meteorito que al caer cerca del salar de Imilac -posiblemente en el siglo XIV- pesaba unos 1.000 kilos, es una de las piezas estrella de la nueva exhibición permanente del Hall Hintze, la sala central del Museo de Historia Natural en Londres, que se inaugura el 14 de julio.
Un objeto extraterrestre similar a nuestra Tierra
El Imilac es un tipo de meteorito que se conoce como pallasita (en honor al naturalista alemán Peter Simon Pallas), que contiene la misma proporción de una aleación de hierro níquel y silicatos.
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El cráter cayó en el olvido por 130 años hasta que lo encontraron siguiendo las indicaciones del libro de un naturalista alemán en 1983.[/caption]
No sólo ostenta una belleza singular -cuando la luz se filtra por los cristales de olivino parece un vitral- sino que además, con 4.500 millones de años de antigüedad, guarda información sobre la historia temprana de nuestro planeta.
"(Este meteorito) tiene una historia científica fascinante para contar: revela evidencia de cómo se formaron los primeros cuerpos planetarios en los primeros millones de años de nuestro Sistema Solar y también brinda información sobre la estructura y la composición de la Tierra", le explica a BBC Mundo Caroline Smith, directora de las Colecciones de Ciencias de la Tierra del Museo de Historia Natural de Londres.
"Hay suficientes similitudes que muestran que si pudiésemos ver dentro del interior de la Tierra, el límite entre el núcleo y el manto a 2.900 km de profundidad, el material allí sería muy similar al de las pallasitas", añade Smith.
Del espacio hasta el desierto chileno
Estos meteoritos -de los que se han encontrado solo 117 fragmentos de 29 meteoritos- se formaron en gran el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter.
Quedaron allí como escombros generados tras la formación planetaria.
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Cuando limaron la piedra, su brillo hizo pensar a sus descubridores que se trataba de mineral de plata.[/caption]
Se cree que se originaron por la colisión y fundición de asteroides.
¿Cómo llegaron desde el cinturón de asteroides hasta la Tierra?
Según le explicó a BBC Mundo Rodrigo Martínez, director del Museo del Meteorito en San Pedro de Atacama, el "culpable" es Júpiter, que con sus mareas gravitacionales "normalmente empuja a los meteoritos de sus órbitas relativamente estables".
"Al salir de allí entran nuevamente en una órbita estable, muy distinta a la que tenían cuando estaban en el cinturón de asteroides, y si esa órbita se choca en algún momento con la de nuestro planeta, el meteorito penetra la atmósfera y cae sobre la Tierra", señala Martínez.
Un trozo en Londres... ¿y el resto?
Probablemente en Atacama ya no queden restos.
Confundidos creyendo que era plata, "los descubridores del meteorito cargaron sus mulas con 120 kilos sacados del cráter, pero agotadas por la sobrecarga, los animales se desmayaron de camino al pueblo", rememora el experto.
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El meteorito chileno Imilac fue encontrado en el desierto de Atacama, en Chile, en 1822.[/caption]
Chaile y Ramos se llevaron todo lo que pudieron cargar al hombro y enterraron el resto.
Un análisis posterior demostró que las rocas no contenían plata sino hierro, un material también importante en la época que fue extraído de los fragmentos diseminados dentro y alrededor del cráter y utilizado en la fabricación de herraduras para las mulas que transitaban por el desierto.
Por otra parte, cuando se descubrió el verdadero origen del material, este "comenzó a exportarse a los museos de Europa por su importancia científica", dice Martínez. Y así fue como eventualmente llegó a Londres.
Dónde aún pueden conseguirse trozos del meteorito Imilac es en internet: aunque parezca sorprendente, en muchos países está permitida la compra y venta de estas maravillosas reliquias del Universo.
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En internet se pueden conseguir fragmentos de este meteorito para comprar.[/caption]