El momento deportivo que atraviese Tiger Woods no afecta a la atención que recibe. Especialmente ahora, cuando el Tigre vuelve tras perderse los dos primeros majors del año por lesión.
En el 143º Abierto Británico, que inicia hoy en Hoylake, Liverpool, Woods intentará cerrar una sequía de majors que ya data de 2008, cuando ganó el Abierto de Estados Unidos de esa campaña. Además, tratará de volver a la alta competencia en un 2014 difícil, donde la operación en su espalda lo ha hecho ausentarse de varios torneos, incluyendo el Masters de Augusta y el US Open.
Lo positivo para Woods es que Hoylake le trae buenos recuerdos, ya que en ese campo ganó el certamen en 2006. "Mi vida ha cambiado desde entonces. Pero además es un recorrido de golf diferente al que había jugado en 2006", dijo el golfista.
Pero no está fácil. Como si fuera poco el ambiente adverso para Tiger, deberá hacer frente a rivales mejor ubicados en el ranking mundial (Woods es 7º) y que parten como principales candidatos al título.
Así, el australiano Adam Scott (1º), el sueco Henrik Stenson (2º) y el inglés Justin Rose (3º) concentran el favoritismo. A ellos hay que sumar al norteamericano Phil Mickelson, campeón defensor, y al alemán Martin Kaymer, vencedor del último major del año.
Y mientras hay algunos que llegan con la ilusión del título, hay otros que esperan, además de coronarse, borrar el mal desempeño de 2013, como el norirlandés Rory McIlroy, que el año pasado falló el corte y que ahora, con el retorno de Woods, tendrá un estímulo extra. "Es importante su vuelta. Ha sido la cara visible de nuestro juego en el último tiempo", dijo. A ver si Tiger está a la altura de la expectativa.