Como suele suceder en Chile, cuando se anuncia la instalación de una nueva industria cerca de poblados, ayer, la aprobación por parte del Consejo de Ministros de la sustentabilidad de un relleno que recibirá residuos peligrosos en Tiltil inició una dura batalla entre los vecinos y la empresa. Mientras algunos residentes señalan que se verán afectados por la contaminación, otros lo ven como una fuente de empleo. Sin embargo, parece primar la oposición en las pequeñas localidades aledañas a la Ruta 5 Norte.
El proyecto Cigri (Centro Integral de Residuos Industriales), de una inversión de US$ 85 millones de la empresa Ciclo, contempla la construcción de un relleno que recibirá desechos industriales de diverso tipo, entre ellos los calificados como "peligrosos". Las críticas del municipio y vecinos se centran en que el material que recepcionará estará contaminado con hidrocarburos y químicos, lo que podría, eventualmente, generar riesgos para la zona. Algunos de los productos que llegarán son: baterías, tubos fluorescentes, pilas y pinturas.
El alcalde y algunas organizaciones de residentes alegan un "Not In My Back Yard" (No en mi patio trasero), pues esta obra se suma a una extensa lista de empresas que, reclaman ellos, han generado malos olores y emisiones en las aguas en las inmediaciones de sus hogares.
El alcalde de Tiltil, Nelson Orellana, lidera la ofensiva contra el futuro relleno, que comenzaría a ser construido en 2018. El jefe comunal hizo duras críticas al gobierno por la aprobación. Anunció que recurrirán a instancias como el Tribunal Ambiental, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y al Consejo de Defensa del Estado. "Hay temor de que se repita la historia, porque nunca se ha protegido el medio-ambiente: hay generación de riesgo para la salud de toda la población", dijo. Denunció, además, que el plan regulador metropolitano de Santiago permite las edificaciones de este tipo de obras solo en su comuna y en Lampa (ver recuadro).
Luego de que el Consejo aprobara la iniciativa, el ministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena, explicó ayer que "entendemos la preocupación de la comunidad en torno a la ubicación de este proyecto, pero (el Consejo) evaluó la iniciativa en sí misma y no la planificación territorial que ha determinado tener la región para este tipo de proyectos".
El secretario de Estado indicó también que la firma "cumple con una normativa ambiental exigente". La cartera le pidió que hiciera un monitoreo de agua, aire y olores, además de informarles a los vecinos sobre el avance del proyecto en una mesa de trabajo.
Damián Tomic, gerente general de la empresa Ciclo, detalla que podría comenzar a construirse este año. "No recibirá residuos de origen domiciliario, lodos de plantas de tratamiento de aguas servidas, residuos de origen animal, residuos explosivos, residuos radiactivos ni residuos hospitalarios", dijo. Y afirmó que estos elementos serán tratados en un centro, encapsulados los más riesgosos, y luego llevados a una zona de seguridad (ver nota secundaria).
La empresa, en sus exposiciones ante la comunidad, también planteó la futura posibilidad de empleo en la industria. Y ello genera expectativas, pues la compañía entregará en su fase de operación puestos laborales a 50 personas. Y en la etapa de construcción se incorporaría al doble.
Protestas
Los residentes mantuvieron ayer duras protestas contra la iniciativa: "Dignidad para Tiltil. No más contaminación", decían algunos lienzos en Rungue, la localidad más cercana a la empresa, donde se centraron algunas manifestaciones. Allí, algunos grupos de residentes dicen que tienen muy presentes los malestares sufridos por la presencia de una firma criadora de cerdos. También apuntan a la existencia del relleno sanitario KDM, el segundo más grande de Santiago, como una molestia.
La presidenta de la junta de vecinos, Viviane Guerra, expresó que "no nos esperábamos que el gobierno nos diera la espalda otra vez, sobre todo después de la lucha que hemos tenido".
Sandra Salinas, profesora de la Escuela de Rungue, explicó que hasta ahora no hay beneficios con la instalación de industrias en la zona.
Pasadas las 18 horas, un grupo de 40 personas salió a la carretera a manifestarse con carteles, banderas y camisetas negras. Así, los vecinos se apostaron a un costado de la Ruta 5 para gritar consignas.