El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, estimó que los estados que se escindan de los países existentes en la UE tendrían una difícil posición para adherirse al bloque, complicando aún más los ya inciertos planes nacionalistas de Escocia para obtener su independencia.
Barroso dijo en una entrevista este domingo que sería casi imposible para la Unión Europea garantizar la integración a esos estados, días después de que el Gobierno británico sostuviera que una Escocia independiente no podría mantener la libra esterlina como su moneda.
Escocia va a celebrar un referéndum sobre la independencia en septiembre. Las encuestas indican que alrededor del 29% de los votantes se muestran a favor y un 42% en contra, con un 29% de indecisos.
Barroso, entrevistado en la BBC, declinó hacer comentarios directamente sobre si una Escocia independiente sería bienvenida a la UE.
Pero sostuvo que todos los estados de la UE necesitarían respaldar la integración de cualquier otro nuevo país que emergiera de un actual estado miembro.
"Sería extremadamente difícil conseguir la aprobación de todos los demás estados miembros (...) Creo que va a ser extremadamente difícil, si no imposible", dijo.
Doble Problema
El Partido Nacional Escocés (SNP), que lidera la campaña por la independencia, confía en mantener tanto la integración en la UE como la libra.
John Swinney, diputado del SNP en el parlamento escocés, dijo que las declaraciones de Barroso a la BBC eran "absurdas" y que ningún estado de la UE había indicado que vetaría la integración de Escocia.
Pero la desligación es un tema sensible para otros países que cuentan con regiones que también buscan la independencia.
España, que según dijo Barroso en la entrevista se había "opuesto incluso al reconocimiento de (la ex provincia serbia de) Kosovo", se muestra cautelosa a si un voto a favor de la independencia escocesa pudiera alentar a los separatistas catalanes.
El primer ministro de Escocia, Alex Salmond, también arremetió el domingo contra los críticos de la campaña independentista.
En un artículo en el periódico Sunday Times, acusó al Gobierno británico de hacer presión con el tema de la moneda y dijo que había pedido al primer ministro británico, David Cameron, que frene su campaña en favor de mantener intacta la unión de 307 años entre Escocia y el resto de Reino Unido.
El ministro de Finanzas de Cameron, George Osborne, advirtió el jueves de que Escocia tendría que renunciar a la libra si votara a favor del fin de la unión.