Tanto en Colo Colo como en Universidad de Chile se apuran en señalar que las lucas no son lo más importante en estas instancias, que en escenarios como éste lo principal es ganar y jugar bien (si se puede) para obtener un nuevo título. En fin. Ni en el Monumental ni en el Centro Deportivo Azul quieren hablar de dinero, pero lo cierto es que hay un suculento premio para el equipo que se adjudique el Torneo de Clausura: $ 200 millones.
Coincidentemente, ambos planteles se repartirán la misma cantidad de recursos en caso de levantar la copa. Un monto que se explica por los respectivos acuerdos internos vigentes desde hace años, tanto en Macul como en La Cisterna.
Dicha cifra se repartirá entre todos los jugadores que participaron de la campaña ganadora. En los dos casos, los más beneficiados serán aquellos jugadores que sumaron más minutos y citaciones durante el transcurso del campeonato. Esto no incluye las bonificaciones que reciben algunos futbolistas de forma aparte y que están estipuladas en cláusulas específicas dentro de su contrato de trabajo.
El convenio de premios también incluye un bono por ganar los clásicos: en ambos casos este monto bordea los $ 20 millones. Este acuerdo no descarta que puedan existir incentivos especiales de última hora por parte de los dueños del club hacia su equipo.
Billeteras escuálidas
El Cacique, líder del certamen con 25 unidades, depende de sí mismo para ser campeón. Eso sí, si el plantel quiere dar la vuelta olímpica este domingo y embolsarse 200 millones de pesos, tendrá que vencer a Antofagasta, de local, y esperar que los estudiantiles (escoltas, con un punto menos) pierdan ante O'Higgins, en Rancagua.
Cualquier otra combinación estirará la incertidumbre, al menos, hasta la próxima semana, ya que también existe la posibilidad de un partido de definición entre estos u otros equipos que están más atrás.
En el caso de los universitarios, para lograr el 18° título de su historia y repartirse el suculento premio dependen de que su archirrival enrede puntos ante los Pumas, o bien ante Cobresal, en El Salvador, en la última jornada del torneo.
De lo contrario, la estrella 32 bajará en Pedreros, donde la esperan con muchas ansias y expectación. La última celebración fue hace dos años, cuando el conjunto dirigido técnicamente por José Luis Sierra ganó el Apertura 2016 sin siquiera jugar ante Santiago Wanderers, en ese recordado partido suspendido en Valparaíso por los serios incidentes entre barrabravas.
Pese a la alegría por un nuevo trofeo, la directiva del club ganador tendrá que buscar la manera de meterse la mano al bolsillo y pagar los $ 200 millones de premio por el título, aunque resulte un poco "doloroso".
Esto, porque si bien será un monto pagado con alegría, entre abrazos, felicitaciones y champaña, la caja de las dos instituciones más poderosas de Chile está bastante escuálida.
En este sentido, el peor panorama lo tiene Azul Azul, ya que la sociedad anónima que administra a la U perdió 4.500 millones de pesos sólo el año pasado. Por esta razón el propio presidente de la concesionaria, Carlos Heller, tuvo que prestarle dinero de sus empresas al club.
El escenario de Blanco y Negro no es tan alarmante económicamente como el de los azules, pero no deja de ser preocupante, ya que en 2016 registraron numeros rojos por $ 537 millones.
La cifra no llegó a una situación de emergencia sólo por la cuantiosa venta de Jean Beausejour a la U por US$ 2,5 millones.