A las 9.41 de la mañana, la estación de policía de la localidad de Newtown (Connecticut) recibió la primera llamada de emergencia e inmediatamente comenzaron a salir vehículos en dirección de la escuela básica Sandy Hook.

Según relató a la cadena de televisión estadounidense ABC News una fuente de la policía estatal de Connecticut, los primeros discados al número 911 habrían sido realizados por estudiantes que en esos momentos estaban atrapados en una sala de clases, posiblemente cerca del asesino.

De acuerdo con la cadena de noticias NBC News, antes de que los disparos se escucharan en todo el edificio, algunos niños supieron que algo fuera de lo común sucedía.

El hermano de una de las pequeñas estudiantes le dijo al medio que ella supo que no todo estaba bien cuando "escuchó gritos que provenían (de los parlantes) del sistema de intercomunicación" instalado en la escuela.

Otros, sin embargo, se enteraron apenas comenzaban a caer los casquillos. "Estaba en el gimnasio y escuché siete fuertes explosiones y la profesora nos dijo que teníamos que ir a una esquina. Nos amontonamos… no gritamos… comenzamos a llorar y luego el profesor nos dijo que nos fuéramos a la oficina donde nadie nos pudiera encontrar. Luego, un policía nos dijo 'corran afuera'… lo hicimos y vinimos a la estación de bomberos y (acá) esperamos a nuestros padres", describió una de las niñas a NBC.

En paralelo, la alumna de tercer grado Alexis Wasik dijo a la cadena CNN que policías y profesores ingresaron a su sala de clases y les dijeron que también se agruparan en una esquina.

"Todo el mundo estaba llorando... Y yo sólo escuchaba a los policías gritar", comentó la niña. En las afueras, en tanto, los padres, atónitos, murmuraban: "Esto no es posible".

Otra menor, Vanessa Bajraliu, de 9 años, señaló a la agencia AP que después de escuchar los disparos vio a "policías, muchos policías en el hall de entrada". "Un policía nos sacó de la escuela. Nos dijeron que nos tomáramos de las manos y cerráramos los ojos... los abrimos cuando estábamos afuera", agregó la pequeña de cuarto grado. Ya en las afueras, otro menor señaló a NBC News que al escuchar los disparos, "todos (en la sala de clases) entraron en pánico". "Estaba regresando a mi sala. Entonces, escuché que alguien estaba pateando una puerta. Me di vuelta y vi humo... (en ese momento) una profesora me metió dentro de su sala", agregó el menor.

"Los niños están traumatizados. Están llorando, quieren estar con sus padres, irse a sus casas, pero no quieren dejar a sus amigos", declaró al canal de televisión MSNBC el sacerdote Robert Weiss, de la Parroquia de Santa Rosa de Lima, quien se dirigió a la estación de bomberos para consolar a los niños.

Newtown, el apacible pueblo-dormitorio afectado

Hasta el tiroteo de ayer en la escuela primaria Sandy Hook, la vida era apacible para los cerca de 27 mil habitantes de la localidad de Newtown, en el condado de Fairfield, Connecticut, cuya boyante economía se desarrolla sobre la base de empresas de servicios, finanzas, seguros, bienes raíces y transporte.

Pese a esto, y al igual que otras ciudades del sur del estado, durante la semana laboral en las calles de Newtown no se ve mucho movimiento, pues gran parte de su población trabaja en urbes de mayor tamaño cercanas o en la cosmopolita Nueva York, distante a 123 kilómetros. Lo mismo sucede con otras localidades cercanas a este lugar.

Es por ello que sorprendió el ataque contra la escuela de 575 alumnos, en un pequeño pueblo donde todos se conocen y que tiene una tasa de homicidios de apenas 3,7 por cada 100 mil habitantes, según datos de 2010.

Este pueblo-dormitorio (fundado en 1711, en un terreno que la tribu nativa pohtatuck llamaban Quanneapague) fue un bastión del sentimiento conservador durante la Guerra de Independencia (1775-1783), dado que sus padres fundadores eran de origen inglés.

Fue durante dicho conflicto que Newtown fue incluido en los libros de historia, luego de que fuera utilizado como punto de descanso y reabastecimiento por el general francés Jean-Baptiste Donatien de Vimeur y sus tropas en 1781, cuando en apoyo a la causa patriota marchaban hacia Yorktown (Virginia), que finalmente pondría fin a la guerra dos años después.

Entre los hijos ilustres de Newtown destaca James Brunot, quien en 1948 desarrolló y llevó a la fama el juego de palabras Scrabble, inventado en 1938 Alfred Mosher Butts. En este pueblo, además, vivió durante un tiempo el famoso director de cine Elia Kazan.