En una época de Hollywood en que las estrellas no suelen sobrevivir al éxito, Tom Hanks ha sabido conservar el prestigio y la fama a lo largo de tres décadas. Solo hay que mirar su presente. Ahora prepara la vuelta del "animado" rol de Woody en una cuarta secuela de Toy story (para el 2018), y este año participó en tres producciones hollywoodenses en menos de seis meses: A hologram for the king, la continuación de El código Da Vinci bajo el título de Inferno, y la muy bien criticada Sully, filme dirigido por Clint Eastwood que este jueves llega a salas chilenas.
La cinta retrata la verdadera historia del piloto de avión Chesley "Sully" Sullenberger (1951), quien se convirtió en héroe cuando en enero del 2009 salvó la vida de 155 pasajeros al aterrizar el avión comercial que piloteaba en el Río Hudson. La película también incluye la investigación que amenazó con destruir su reputación y que cuestionaba la decisión del amerizaje de Sully. Para entender el cuadro en perspectiva, hay que recordar que este Airbus de US Airways perdió sus motores poco después de despegar desde Nueva York tras el impacto de varias aves en sus turbinas.
¿Es cierto que planeaba tomarse unas vacaciones en vez de filmar la película Sully?
(Ríe) Es cierto. El negocio del espectáculo se entromete siempre en la vida privada. Tuve ciertos momentos en mi vida como cuando al empezar una escena tenía tres hijos y en la siguiente ya tenía cuatro porque había nacido uno nuevo. No me puedo quejar tampoco, pero en este caso yo sabía que estaba cansado y pensaba tomarme vacaciones. Pero como siempre pasa, leí el guión de Sully en apenas 17 minutos y no pude evitar imaginar la historia. Y cuando pasa algo así ya no encuentro salida.
¿Cómo fue entonces aquella primera conversación con Clint Eastwood?
Con Clint Eastwood nos conocemos lo suficiente como para hablar por teléfono, aunque estábamos distanciados entre Los Angeles y Budapest. Y cuando lo llamé para comentarle que me había gustado el guión, le pregunté cuándo pensaba empezar con el rodaje y me dijo: "Bueno, creo que tenemos que empezar en octubre porque necesitamos filmar en el Río Hudson". Eso fue todo. Ya no podía negarme.
¿Por qué?
Es que yo soy de los que vio todas las películas de Clint Eastwood. Y si no son asombrosas, diría que son súper asombrosas. Yo sé lo que se necesita para hacer cine y cuando veo lo que Clint ha logrado, conociéndose todos los trucos cinematográficos que existen, creo que es realmente sorprendente. Y hablo sólo de mi admiración como director. Como actor también tiene lo suyo. De hecho, mi primera razón es como admirador y colega. Pero yo también había hecho mis encuestas con la gente que trabajó con él, preguntando si es cierto que solo le gusta filmar las escenas una vez y todos me dijeron lo mismo: "No hay muchas tomas, pero te da diferentes oportunidades para filmar lo que más quieras". Y es cierto, se mueve tan rápido que incluso en nuestro rodaje pudimos encontrar otros aspectos de varias escenas.
¿No sintió alguna presión por interpretar a alguien que todavía vive, como Sully Sullenberger?
Uno no quiere arruinar la vida de nadie y tampoco polemizar sobre sus comportamientos, pero tratamos de conservar la mayor objetividad posible. Yo quise ser auténtico en ese sentido, sabiendo que iba a decir palabras que a lo mejor él no había dicho exactamente, representando momentos que tal vez no fueron tan dramáticos como realmente sucedieron. Pero tuvimos a Sully para guiarnos con las notas que él mismo había escrito en el primer borrador del guión. Y en el proceso, logramos una película mucho más auténtica en términos emocionales de lo que él mismo escribió en su libro.
¿Por qué que cree merece ser contada en el cine la historia de un piloto que hizo su trabajo salvando un avión donde no murió nadie?
Mi filosofía es que ya habíamos tenido el ataque terrorista del 11 de septiembre y a estas alturas lo que menos quiere experimentar Nueva York es la muerte de otro grupo de personas. Nadie quería vivir otro desastre. Nadie quería ver otro avión volando al nivel de los edificios. ¿Te imaginas lo que pudo haber pasado en Nueva York, con un avión caído en el Río Hudson, con todos los cuerpos flotando en el agua? El New York Times hubiese publicado las fotos de aquellos que todavía estaban perdidos, hubiese sido otro luto nacional. Pero sucedió lo opuesto, los profesionales hicieron su trabajo y todos sobrevivieron en un acto de Dios. Para mí, es la mejor historia de la última década.
¿Qué película ha tenido el mayor impacto en su vida personal?
En casi todas las películas hay algún momento increíble que nos "pega" como si nos hubieran dado con un martillo en la cabeza. Es algo que nunca olvidamos. A mí me pasó algo así cuando vi Invictus (2009), de Clint Eastwood, sobre unos jugadores de rugby sudafricanos (se refiere a la película que retrata el Mundial de Rugby de 1995 en Sudáfrica, bajo la presidencia de Nelson Mandela). Y cuando la vi pensé que Clint Eastwood era un genio, porque nunca nos explicó nada del rugby. No puso ningún relator ni comentarista, nada. Ni siquiera mostró el resultado del partido. Solo veías a Matt Damon corriendo atrás de una pelota de rugby con un grupo de jóvenes y yo no podía pararme de mi butaca. Y eso que no tengo la menor idea del rugby (risas).
¿Qué lo mantuvo en pie en aquellos días, al principio de su carrera, cuando las cosas no funcionaban tan bien como hoy?
Este mundo nos divide en dos grupos muy distintos: entre aquellos que son muy conscientes de lo que hacen y nunca van a ser actores, y aquellos que vencieron la barrera. Esa mitad del mundo también se puede dividir entre los que perseveran y aquellos que no soportan el rechazo y abandonan la actuación. Por eso es tan importante insistir, porque en algún momento alguien te va a necesitar. Te dirá tal vez: "Sé que sólo es un café y queda en las afueras de la ciudad, pero creo que estarías perfecto para este rol. ¿Interpretarías un rol secundario en una obra de Neil Simon por 75 dólares a la semana?". Y cuando entras, aunque no hayas ganado lo suficiente, a lo mejor en la sala hay alguien que trabaja con Steven Spielberg, que a lo mejor fue llevado a la fuerza al teatro, pero que quizás al día siguiente le dice a Spielberg: "Vi a alguien que sería perfecto para ese pequeño rol que buscamos en la película". Y justo cuando estabas a punto de renunciar a todo, cuando querías un trabajo más estable, te encuentras probándote un traje para un rol muy pequeño en una película de Spielberg. Hay que ser perseverante y, honestamente, en ciertas ocasiones hay que entender que no siempre vas a ganar lo suficiente como para arreglar el auto. (Risas)
¿En qué momento se dio cuenta que usted podía hacer las películas que quería?
Diría que fue después de filmar Apolo 13 (1995). Fue un trabajo apasionante por toda la investigación que hice y por la gente con la que hablé. Tipos que fueron a la Luna o estuvieron involucrados con los que llegaron. Por eso, tras esa película, fui a HBO para ofrecerles la idea de filmar otras 12 historias en TV sobre el programa espacial de Apolo (la miniserie De la Tierra a la Luna). Esa fue la primera vez que pensé "No tengo la menor idea de cómo lo voy a hacer, pero ya le voy a encontrar la vuelta".
¿Entre todos los personajes que interpretó, con cuál le gustaría salir a tomar una cerveza?
Me gustaría dar una vuelta con Charlie Wilson (personaje que interpretó en Juego de poder de 2007, dirigida por Mike Nichols). Era la persona más fabulosa para irse de fiesta. Era un senador que se metía desnudo en un spa con strippers de Las Vegas. Yo incluso le pregunté si en ese momento estaba borracho y me confesó que probablemente había tomado todo el día. Y cuando le pregunté si también había consumido cocaína, me dijo: "Tom, déjame darte mi respuesta. Yo vi la cocaína que me pasó por la nariz en las uñas de una hermosa jovencita, pero no me acuerdo de haber inhalado" (Risas).
¿Cuál es el la película que más lo enorgullece hoy?
Todas son muy difíciles de ver. Si aparecen en HBO o algo parecido, cambio muy rápido de canal porque me acuerdo de todo lo que pasó el día del rodaje. Pero si tuviera que elegir una película que me gusta desde principio a fin, y porque toda mi familia además estaba involucrada, es una que hice llamada ¡Eso que tú haces! (cinta de 1996, dirigida, escrita, producida y también co-protagonizada por él), que creo fue fabulosa. La escena donde la banda de rock escucha su canción en la radio por primera vez... Es algo que hasta Bruce Springsteen llegó a comentarme: "A nosotros nos pasó lo mismo. Estábamos en el auto y nos paramos a un costado de la calle para escuchar la radio". ¿Qué más puedo pedir?