"Flynn se está quedando sin amigos. El consenso general en la Casa Blanca es que ha mentido. El Vicepresidente (Mike Pence) siente que mintió. En un cargo que debe estar alejado de los dramas, ocurre todo lo contrario. Me sorprendería si dura mucho más", dijo al diario The Washington Post un funcionario del gobierno.
La polémica se encendió el jueves y desde entonces la supervivencia del asesor de Seguridad Nacional del Presidente Donald Trump, Michael Flynn, pende de un hilo. De acuerdo al periódico, Flynn habría conversado en varias ocasiones con el embajador ruso en Estados Unidos, Sergey Kislyak, desde antes de las elecciones del 8 de noviembre y los contactos habrían continuado durante el período de transición, es decir, previo a la llegada de Trump a la Casa Blanca. En esas conversaciones, ambos habrían discutido sobre las sanciones estadounidenses contra Rusia, cuando Flynn aún era un ciudadano común.
La presión hacia el Presidente crece. Los demócratas exigen la renuncia de Flynn. Y dentro del Consejo de Seguridad Nacional (CSN) se viven días caóticos. Un número de miembros del personal que no querían trabajar para Trump, regresaron a sus agencias regulares, dejando un agujero "más grande de lo habitual. Muchos de los que permanecen, que se ven a sí mismos como funcionarios apolíticos, han sido perturbados por las manifestaciones" contra Trump, sostuvo The New York Times.
Si efectivamente Flynn habló con Kislyak de las sanciones, no sólo elevaría las tensiones dentro del CSN, sino que podría haber violado una ley que prohíbe a los ciudadanos que no forman parte del gobierno implicarse en política exterior y realizar maniobras diplomáticas.
El hallazgo del Post, que fue confirmado por nueve funcionarios de gobiernos anteriores y del actual, contrastó con las versiones que dieron públicamente el Vicepresidente Pence y otros miembros del gobierno, quienes aseguraron que el asesor nunca había hablado de las sanciones con los rusos.
Sin embargo, de acuerdo al artículo, Flynn y Kislyak habrían hablado sobre las sanciones impuestas a Moscú por el gobierno del Presidente Barack Obama en diciembre por la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses. "En una entrevista reciente, Kislyak confirmó que se había comunicado con Flynn por mensaje de texto, por teléfono y en persona pero declinó decir si habían discutido las sanciones", señala el Post.
Según The Wall Street Journal, ahora la Casa Blanca está revisando si debe retener al asesor. Según el periódico, Flynn se disculpó con sus colegas por el episodio, que generó una ruptura con el Vicepresidente. Además, la polémica ha desviado la atención del mensaje que planea dar la administración.
Ni Trump ni sus asesores han defendido públicamente a Flynn o han señalado que tiene la confianza del Presidente. Pero, de acuerdo al WSJ las opiniones de Trump sobre el asunto no están claras. En los últimos días, habría dicho que la controversia que rodea a su asesor no es bienvenida, pero luego, el viernes, le dijo a los periodistas que "estudiaría" las revelaciones. También habría dicho que tiene confianza en Flynn y que quiere "seguir adelante".
No obstante, el principal asesor del Presidente, Steve Bannon, una de las voces que más escucha el mandatario, preferiría mantener a Flynn en el cargo pero "está listo" para dejarlo ir.