Cómica evidencia: un cantante inglés posero muestra en un clip, a lo Bob Dylan, carteles en la calle con mensajes como "sodomiza la intolerancia" (en la película Cómo sobrevivir a mi ex); un volado da una plática de cinco minutos sobre los hospitales como máquinas de muerte (Ligeramente embarazada); un colegial nerd hace creer a unos policías que tiene 21 años y se llama McLovin (Super cool).
La comedia hollywoodense vive un momento de esplendor y es posible, incluso, que se asemeje a la época de oro, a mediados de los años 30, cuando Sucedió una noche y La terrible verdad marcaron un hito. La escena de las risas es la que mejor se enfrenta hoy a los adocenamientos de un cine de género definido por megaproductores y marketing especializado en la audiencia. Las carcajadas han convertido a pequeñas cintas (con actores que se conocen entre sí y directores y guionistas emergentes) en éxitos insospechados. Películas con personajes normalmente inmaduros, incorrectos, vulgares, pusilánimes, irresponsables y malhablados, de recurrente debilidad por la marihuana y ocasionales asomos homosexuales. Tipos creíbles y humanos.
Por si fuera poco, la comedia ¿Qué pasó ayer? (The hangover), sobre las aventuras de un grupo de amigos tras una desaforada despedida de solteros, destronó el fin de semana pasado en EEUU del primer lugar de la taquilla a la exitosa Up: Una aventura de altura.
EL FACTOR APATOW
El fenómeno tiene un cerebro que es celebridad: el prolífico Judd Apatow (41), productor de Supercool y Piña express, además de guionista y director de Virgen a los 40 y Ligeramente embarazada, quien ha mostrado intuición, permitiendo que nuevos y no tan nuevos talentos alcen vuelo.
De intereses tempranamente claros, este neoyorquino ya en la secundaria era un nerd con un programa de radio que le dio la excusa para entrevistar a comediantes como Jerry Seinfeld y Jay Leno. Instalado más tarde en Hollywood, escribió y coprodujo para los shows televisivos de Jim Carrey y Ben Stiller, entre otros. Para cuando irrumpió con su propia serie, Freaks and geeks (1999), se probó también un imán de talentos: de ahí salió Seth Rogen, quien a los 13 años hacía shows en Vancouver y sería protagonista de Ligeramente embarazada, libretista de un programa del que nacería el popular personaje de Borat y guionista de Supercool, entre otros logros. También iba en la nómina Jason Segel, que el año pasado estelarizó Cómo sobrevivir a mi ex, escrita por él mismo (y producida por Apatow). Y el restante cartel de intérpretes asociados a este "padrino" no deja de impresionar: Will Ferrell, Paul Rudd, Leslie Mann (su esposa), Steve Carell (que marcó un antes y un después con Virgen a los 40), James Franco. Y sin mencionar a realizadores que, ya con un nombre en el cine independiente, se animaron a dirigir cintas como Super cool (Greg Mottola) y Piña express (David Gordon Green).
Espontáneo e íntimo, el humor de la factoría Apatow no es impermeable a la mediocridad, como pasó con Walk hard, de Jake Kasdan (2007), que se ríe de Johnny y June. Pero el nervio emotivo, la voluntad de construir personajes y la atención al detalle son habituales. Todo envuelto en una aproximación que podría llamarse "orgánica". "Casi siempre", dice Apatow, "tengo una idea emocional para una película: conozco el inicio, la mitad y el final, pero los detalles están ahí, para agarrarlos". Y cree que el género puede y debe, dados sus apetitos realistas, hacer rimar humor con dolor, introduciendo la duda moral y la lógica del compromiso allí donde podría no haber más que chacota.
LA ULTIMA FRONTERA
Repudiada a veces por escatológica, machista o pueril, la nueva comedia no se agota en Apatow, sino que muestra una variedad de rostros que desafían las etiquetas. Si el crítico de Rolling Stone anotó que Observe and report (2009) es como una mezcla entre la blandengue Héroe de centro comercial -hace poco estrenada en Chile- y Taxi driver, el señalado Mottola tomó vuelo tras Supercool y convirtió un guión basado en su adolescencia ochentera en Adventureland.
Los pendones de esta aplaudida película ya lucen en las multisalas locales, lo que sin embargo no garantiza exhibición. De hecho, el grueso de estas cintas sólo pueden verse en casa y así seguirá siendo, a juzgar por el destino de Role models, protagonizada y coescrita por Paul Rudd, que UIP acaba de bajar de su parrilla 2009.
Esto no debería extrañar si se considera que distribuidores chilenos apuestan por ofertar risas para un público familiar y numeroso, mientras estas películas implican audiencia acotada. Sin embargo, las dos nuevas películas con la firma Apatow sortearán este problema: Año uno y Funny people, donde Adam Sandler es un exitoso comediante víctima de una enfermedad terminal. En principio, la cinta durará dos horas y media.
Mientras a la primera se le hicieron los cortes para ampliar su público potencial, la segunda tiene fecha en Chile (1 de octubre) y se espera que consiga una especie de milagro: un Oscar para Adam Sandler y otro para el guión de Apatow. Es sabido que la Academia no se presta para chacotas, pero si en 1934 Sucedió una noche se llevó cinco estatuillas, quién sabe lo que puede pasar en febrero próximo con esta "dramedia".