Toshiba incurrió en pérdidas netas de 965.660 millones de yenes en el ejercicio 2016 (7.474 millones de euros / 8.777 millones de dólares), según sus resultados presentados hoy, con tres meses de retraso.
La corporación tecnológica japonesa publicó estos resultados financieros correspondientes al anterior ejercicio fiscal, que concluyó el pasado 31 de marzo, después de obtener el visto bueno parcial de sus auditores y de retrasar su presentación en tres ocasiones.
Las graves pérdidas de Toshiba y sus problemas de contabilidad se deben a las dificultades financieras de su rama de energía nuclear en Estados Unidos, filial que se declaró en quiebra en marzo en ese país, y también han hecho que el grupo nipón fuera degradado a la segunda sección de la Bolsa de Tokio la semana pasada.
Debido a esta situación, en 2016 Toshiba incurrió también en un patrimonio neto negativo de 552.900 millones de yenes (4.277 millones de euros / 5.023 millones de dólares), según informó la empresa en un comunicado.
Pese a ello, el consorcio nipón se anotó un beneficio operativo de 270.788 millones de yenes (2.095 millones de euros / 2.460 millones de dólares) en el ejercicio, tras sus pérdidas operativas de casi el doble de esa cantidad en 2015.
Su facturación por ventas se redujo en un 5,5 por ciento interanual hasta alcanzar los 4,87 billones de yenes (37.693 millones de euros / 44.254 millones de dólares).
Para el ejercicio fiscal en curso, que concluirá a finales de marzo de 2018, Toshiba prevé volver a la rentabilidad y embolsarse un beneficio neto de 230.000 millones de yenes (1.779 millones de euros / 2.089 millones de dólares).
Su beneficio operativo ascendería a 400.000 millones de yenes (3.095 millones de euros / 3.634 millones de dólares), un 77,4 por ciento más interanual, mientras que sus ventas crecerían un 2,0 por ciento hasta los 4,97 billones de yenes (38.463 millones de euros / 45.157 millones de dólares), según sus estimaciones.
La quiebra de Westinghouse Electric, su filial estadounidense, empujó a Toshiba a emprender un proceso de reestructuración que incluye la venta de su rama de chips de memoria, una operación que también se ha retrasado desde lo inicialmente previsto y cuyos términos se negocian actualmente con un conglomerado nipón.