Los ásperos dichos de Lewis Hamilton y Nico Rosberg tras el Gran Premio de China, ganado por el británico, encendió la alerta de Mercedes, que de inmediato salió a calmar la situación y así evitar que se convierta en un nuevo foco de rivalidad entre ambos pilotos.
Por lo mismo, el jefe del equipo alemán Toto Wolff salió al paso y afirmó que deberán "tener cuidado de que la situación no escale. Siempre y cuando no vaya a más, la rivalidad está bien".
En la conferencia post carrera, Rosberg acusó de egoísta a Hamilton, debido a la actitud del británico de bajar el ritmo de carrera para ahorrar neumáticos, lo que llevó a que el Ferrari del alemán Sebastian Vettel se acercara al Mercedes de Rosberg.
Wolff afirmó que la situación se conversó internamente y que la "pelea" ya finalizó. "No hubo hostilidad", indicó el jefe de la escudería, mientras que Rosberg agregó que "todo ya está aclarado".
Este impasse se suma a la fuerte rivalidad que existe entre ambos pilotos y que ha tenido capítulos importantes en 2014, aunque los resultados de Mercedes han ayudado a bajar la presión.
Sin embargo, esto podría perjudicar al equipo en su pelea con Ferrari, que ha demostrado mejorías suficientes para pelear con Mercedes. Ante esto, Wolff expresó que podrían dar órdenes de equipo para evitar la arremetida de los monoplazas italianos.
"Si alguna vez llegáramos a hacer la llamada para interferir entre los dos porque nos arriesgamos a perder la carrera, entonces haríamos eso. No vamos a volver a tener la ventaja del año pasado", explicó Wolff.
En Mercedes no existe una orden definida de equipos y tanto Hamilton como Rosberg cuentan con libertad en la pista.