"No estoy muy optimista", dijo el británico Mark Cavendish ayer, cuando dialogó con la prensa en Vittel, luego de recuperarse parcialmente de la caída que le provocó un codazo de Peter Sagan, en la llegada de la cuarta etapa del Tour de Francia, por lo que el eslovaco fue expulsado.

Todo parecía indicar que la situación de extraordinario ciclista estaba en absoluto suspenso. "En términos de dolor, ya me he lesionado dos veces en el hombro antes y es más doloroso ahora. Eso me hace no ser muy optimista, pero no soy médico", indicaba el nacido en la Isla de Man, el ciclista en activo que ha ganado el mayor número de etapas del Tour (30), al salir del camión donde se hizo las pruebas de radiología.

El médico de su equipo Dimension Data, Adrian Rotunno, aseguraba que las primeras radiologías no revelaban "ni dislocación ni fractura".  "Aparte de algunos hematomas, está bien" pero "necesitamos hacer otras pruebas para excluir otras lesiones menos visibles" para estar en medida de saber "si puede continuar" en el Tour, añadió, antes de acudir al hospital con el ciclista.

Aunque el equipo no hizo público el resultado de las pruebas, los medios británicos BBC y Sky Sports confirmaron un par de horas después de que Cavendish sí había sufrido una fractura en el omoplato derecho, lo que implicó su inmediata salida del Tour, competencia en la que, como está dicho, siempre ha figurado entre sus principales animadores.