Las exigencias de aumentos de sueldos se extendieron a otras dos minas de platino en Sudáfrica y provocaron temores de que la inestabilidad pudiera expandirse a más yacimientos del país, las cuales proporcionan el 75% del suministro mundial de ese metal precioso.
Una huelga como la de Marikana se llevaba a cabo hoy en un yacimiento vecino de Royal Bafokeng Platinum, que emplea a 7.000 personas, asentada en la mas rica reserva mundial de platino, cerca de la municipalidad de Rustenburg, donde un renovado estadio albergó partidos del Mundial de fútbol 2010.
Unos 600 huelguistas se congregaron ante la mina Rasiome de dicha compañía, donde fueron también desplegados cuatro furgones policiales, constató AFP.
Las exigencias que hacen algunos trabajadores de las minas Rasimone y Thembelani, esta última perteneciente a la empresa Anglo American Platinum, parecen estar relacionadas a las rivalidades entre un nuevo sindicato y el antiguo Sindicato Nacional de Mineros. El primero acusa al SNM de poner los intereses políticos por encima de la defensa de los trabajadores, consigna AP.
El cibersitio sudafricano miningweb.co.za calificó la tendencia como una "posible evolución ominosa".
Un huelga de 12 horas en la mina Lonmin PLC derivó en la matanza de 34 mineros a manos de la policía la semana pasada, episodio que también dejó 78 heridos.
En tanto, las autoridades sudafricanas se preparan para honrar mañana la memoria de los trabajadores muertos en Marikana. No habrá funerales colectivos, pues los cuerpos sin vida de los huelguistas han sido entregados a sus familias, que viven a menudo lejos de la mina, situada a una hora y media de carretera al oeste de Johannesburgo, la capital económica del país.
Otra ceremonia está prevista en Mthatha (Cabo oriental), la ciudad más próxima del pueblo de Nelson Mandela, en el sur rural del país de donde proceden muchos de los mineros muertos. Las banderas ondean a media asta desde el lunes, inicio de la semana de duelo nacional decretada por el presidente Jacob Zuma, cuyo gobierno está acusado de no haber prevenido el drama y de haber gestionado de manera torpe la crisis.