Entre 2015 y 2016, construcción y agricultura fueron los sectores más multados por tener trabajadores que cargaban más del peso máximo establecido por ley. Según la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), estos dos sectores junto a transporte, comercio y hospitales, tienen los trabajadores con más posibilidades de levantar sobrepeso, con sus consecuencias para la salud.
Para solventar la situación, el domingo entra en vigencia la Ley 20.949, llamada "ley del saco", que actualiza el peso máximo de carga humana cuando no existe maquinaria que pueda realizar ese trabajo. El límite bajó de 50 kilos a 25, para los hombres, y se mantiene en 20 kilos en mujeres y menores de 18 años. Las empresas que no cumplan con la normativa podrían ser sancionadas con multas de hasta 60 UTM ($ 2.759.940). La guía con los detalles que implica la ley está en licitación (sigue funcionando una de 2008), pero empresas como Polpaico, por ejemplo, ya adecuaron el peso de sus sacos, de 42,5 a 21,25 kilos.
Rodrigo Pinto, kinesiólogo y ergónomo de la ACHS, dice que el lumbago es una de las causas más frecuentes de atención en la asociación, y que en ello tiene que ver la cantidad de peso, la forma en que se levanta y el tiempo por el que se hace. "Si estoy expuesto por mucho tiempo, se ve afectada la espalda, los discos intervertebrales. Se pueden producir lesiones de las extremidades superiores, de hombros sobre todo", indica. "El espíritu de la ley es que estas tareas se mecanicen. No solo el tema del peso, sino que la empresa tenga un programa de gestión, que tenga identificados los puestos en que se manipula peso, medidas de control establecidas, un sistema de verificación y control, entre otras", agrega.
Arturo Guerrero, relacionador público de la Vega Central, señala que al comienzo no estaban de acuerdo con la ley, pues lo asociaron a más trabajo. "Si antes era un viaje por 50 kilos, ahora son dos, para nosotros era trabajar más, no veíamos la protección a la salud", dice.
Ahora apoyan el cumplimiento de la ley, aunque reconoce que se requiere un cambio cultural. "Éramos medio brutos para cargar. En la Vega y en el campo el que cargaba el saco más grande era el más forzudo. Se cargaron hasta de 120 kilos y paulatinamente fue cambiando hasta los 50, 25 kilos. La ley busca facilitar el trabajo y que con el aumento de los años que estamos viviendo, en la vejez, los huesos no duelan más", dice.