En 10 años, el porcentaje de trabajadores que percibe el salario mínimo descendió a menos de la mitad. De acuerdo a las cifras de la encuesta Casen, en el año 2000 el porcentaje de trabajadores dependientes que ganaba el salario mínimo llegaba a 21,2%, mientras que en 2011 se ubicó en 10,3% (532 mil trabajadores).
"Probablemente ese porcentaje ha seguido bajando, porque en 2012 hubo un crecimiento económico fuerte, acompañado de alzas en el empleo y en las remuneraciones", explicó el ministro de Desarrollo Social, Joaquín Lavín.
Agregó que para dimensionar el total de trabajadores que gana el salario mínimo también se debe considerar el factor de la subdeclaración.
"Hay sectores de la economía, como el servicio doméstico, donde es probable que exista una subdeclaración, pues se les impone por el mínimo, pero realmente están ganando por sobre esa cifra", explicó el secretario de Estado.
Agregó que quienes reciben el salario mínimo corresponde a personas que lograron cursar sólo hasta la enseñanza básica y carecen de mayor calificación. "El resto de los trabajadores se ha ido despegando de ese salario por el crecimiento económico, por su especialización y nivel educacional", dijo.
Sobre la relación que existe entre discusión que genera el salario mínimo y el porcentaje de trabajadores que lo obtiene, el ministro puntualizó que es probable que un trabajador que gana sobre el salario mínimo mire el reajuste de éste y espere que la escala se mueva también hacia arriba, "porque el salario mínimo en el fondo es como una señal para el resto de la economía; sigue siendo un precio relevante desde el punto de vista de la economía en general".
CIUDADES Y ACTIVIDAD
Los antecedentes de la Casen también revelan que entre ciudades hay una gran heterogeneidad respecto de la proporción de trabajadores que recibe el salario mínimo. Chillán muestra el mayor porcentaje, con 22,8%, seguida por Linares, con 22,4% y Osorno, con 16,8%.
En el otro extremo, Calama, con un 3,3%, y Antofagasta y Rancagua, ambas con un 4,4%, presentan las menores proporciones de trabajadores con ingreso mínimo.
Lavín explicó que la gran diferencia entre ciudades se relaciona con tres factores: el tipo de actividad económica predominante en la ciudad; el nivel de desarrollo, pues cuando hay más ruralidad el nivel de salario mínimo aumenta, y el nivel de pobreza, ya que generalmente si hay más pobreza, mayor es el porcentaje que recibe el salario mínimo.
"Chillán y Linares más que duplican el promedio nacional, lo que esencialmente se relaciona con la agricultura y la ruralidad", explicó.
Por actividad, a nivel nacional lideran servicio doméstico, con 29%, y agricultura, con 20,6%. Al otro extremo, en minería sólo 3,1% de los trabajadores gana el ingreso mínimo, lo que se corresponde con la baja prevalencia que presenta el ingreso mínimo en Calama y Antofagasta.
Lavín afirmó que en la agricultura se debieran registrar cambios similares a los observados en sectores como la construcción. "Si uno se remonta a Casen muy anteriores, se puede ver que antes la construcción estaba sobre la media en cuanto a trabajadores que ganaban el mínimo y hoy no es así; hay especialización, hay capacitación y está por debajo del promedio nacional". Añadió que en la agricultura "se va a tener que ir produciendo una especialización y una mayor capacitación de los trabajadores, lo que va a aumentar la productividad y a empujar los sueldos hacia arriba".