Miles de activistas del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) tomaron hoy importantes avenidas de Sao Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte para protestar contra el ajuste fiscal promovido por el Gobierno de Dilma Rousseff.

Este movimiento se creo en 1990 y está compuesto por trabajadores que no tienen vivienda propia.

Las protestas del MTST tuvieron mayor intensidad en Sao Paulo, donde los manifestantes bloquearon el tránsito en importantes avenidas con cientos de neumáticos a los que luego prendieron fuego.

El MTST explicó en las redes sociales que la manifestación fue convocada "contra el ajuste antipopular del Gobierno", que ya ha afectado programas oficiales dirigidos a la construcción de viviendas de interés social, pero también contra "el discurso de odio y golpismo" que le atribuyen a la derecha.

Así como la protesta pretende que el Gobierno "reoriente" sus políticas económicas y sociales, los Sin Techo afirmaron que "las movilizaciones de este miércoles también marcan una posición contra los pedidos de intervención militar y el prejuicio elitista".

De ese modo aludieron a las masivas manifestaciones del pasado domingo, que llevaron a las calles de todo el país a unos dos millones de personas en protesta por la política económica del Gobierno y las corruptelas en la estatal Petrobras, por las que son investigados 50 políticos, en su mayoría de la base oficialista.

En esas manifestaciones, grupos minoritarios llegaron a exigir el inicio de juicio político con miras a la destitución de Rousseff por su supuesta responsabilidad en la corrupción en la petrolera estatal o incluso una "intervención militar".

Según un documento difundido por los Sin Techo, Brasil tiene hoy un déficit de unos siete millones de viviendas y el ajuste fiscal promovido por el Gobierno ha restado recursos volcados a esa área, que la presidenta Rousseff había declarado como prioritaria en su primer mandato.

Rousseff, que en 2011 sucedió a su mentor político Luiz Inácio Lula da Silva, fue reelegida en octubre pasado para un segundo mandato que comenzó el 1 de enero, en medio de un delicado cuadro económico y con un grave deterioro político por las corruptelas en Petrobras.