El plan de vuelo del avión de la aerolínea boliviana Lamia en el que viajaba el club brasileño Chapecoense y que se estrelló el lunes tenía al menos cinco observaciones por las cuales la nave no debía despegar, según un informe oficial difundido hoy por la prensa boliviana

El diario El Deber publicó algunos detalles del plan de vuelo entregado por el despachador de Lamia, Álex Quispe, uno de los fallecidos en el accidente, a una funcionaria de la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (AASANA), Celia Castedo Monasterio, en el aeropuerto de Viru Viru, de Santa Cruz (este).

Las observaciones de Castedo fueron que la autonomía de vuelo no era la adecuada, que hacía falta un plan alterno, que el informe fue mal llenado y que era necesario hacer cambios.

De ellas, la principal se refiere al tiempo de vuelo previsto entre Santa Cruz y el aeropuerto de la ciudad colombiana de Medellín (cuatro horas y 22 minutos), que era el mismo registrado para la autonomía de combustible que tenía el avión.

El documento describe la conversación que Castedo tuvo con Quispe, quien le dijo que el piloto de la aeronave, Miguel Quiroga, también fallecido en el accidente, le dio esa información y le aseguró que el tiempo les alcanzaría para llegar a destino.

La funcionaria de AASANA incluyó en su reporte la siguiente respuesta textual de Quispe a sus observaciones: "No señora Celia, esa autonomía me han pasado, nos alcanza bien (...) Así nomás lo presento, lo hacemos en menos tiempo, no se preocupe. Es así nomás, tranquila, eso está bien, ahí nomás déjemelo".

Aunque Castedo se negó a recibir el plan, el documento pasó finalmente a los encargados de controlar el vuelo en territorio cruceño y luego a control nacional, hasta su salida del país por la ciudad norteña de Cobija, fronteriza con Brasil, señaló.

"Al final el documento pasó a manos de las personas que se encargaron de controlar el vuelo por 15 minutos en territorio cruceño, luego pasó a control nacional hasta su salida del país por Cobija, momento en el que las autoridades de control aéreo de Brasil se hicieron cargo de la nave, que pasó a su territorio por la zona de Porto Velho", retrata el matutino.

El director general de Lamia, Gustavo Vargas, declaró ayer que el piloto tenía la opción de abastecerse en Bogotá en caso de sufrir un déficit de combustible. Según Vargas, inicialmente estaba previsto que el avión recargara en Cobija pero no se hizo por falta de tiempo y el piloto podría haberlo hecho en Bogotá "en el caso hipotético de que hubiera necesitado combustible".

Además, el hijo del copiloto del fatal vuelo, Bruno Fernando Goytia Gómez, reveló que por retraso nunca se contempló repostar en Cobija pues dicho aeropuerto no cuenta con la iluminación necesaria para un aterrizaje nocturno. "El aeropuerto de Cobija no tiene luces y no puede operar de noche, por eso no podían recargar".

"Tenemos que investigar por qué tomó la determinación de irse en forma directa a Medellín", manifestó Vargas.

El avión de Lamia se estrelló el lunes a solo 17 kilómetros para la cabecera de la pista del aeropuerto que sirve a Medellín, dejando 71 fallecidos y seis sobrevivientes.

En la aeronave viajaban 28 dirigentes del Chapecoense, miembros del cuerpo técnico e invitados especiales del club brasileño, así como una veintena de periodistas y nueve tripulantes.

El piloto del avión informó a la torre de control del aeropuerto de Medellín una "falla eléctrica total" y una escasez de combustible antes de estrellarse, según una grabación divulgada el miércoles.

SUSPENDEN OPERACIÓN DE AEROLÍNEA

El regulador aéreo de Bolivia suspendió el permiso de operación de la línea aérea Lamia, dueña del avión que se estrelló la noche del lunes en un accidente en el que murieron 71 persones, entre ellos casi todo el plantel del club de fútbol Chapecoense de Brasil.

La Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) informó el jueves en un comunicado que suspendió de manera inmediata el certificada de explotador de servicios aéreos de la aerolínea, que se cree que se estrelló por falta de combustible.