Ocho de cada 10 personas encuestadas por Adimark, en septiembre pasado, no apoyaron la gestión del gobierno en cuanto al Transantiago, con un 80% de desaprobación. Se trata de una de las áreas más sensibles para la población, por lo que los cambios en el sistema, a partir de 2018, son claves, señalan los expertos.
La consulta ciudadana, ordenada por la secretaría técnica del Ministerio de Transportes -entidad que prepara la reforma al sector-, recopila las nuevas exigencias para incorporarlas en la futura licitación.
En la consulta, que culmina el 12 de noviembre, hasta ahora han participado 10 mil personas, en 34 comunas. Un 12% de los participantes, que reside en las zonas céntricas, señaló que se debe mejorar la frecuencia (salida de los buses de los terminales) y la regularidad (cuán precisa es la llegada de las máquinas a las paradas).
El secretario técnico de la cartera, Carlos Melo, dice que los habitantes de áreas ubicadas dentro del anillo de Américo Vespucio, como Santiago, Independencia, Quinta Normal y Estación Central, entre otras, manifiestan que se debe aumentar la flota disponible en las calles y que cumplan con la puntualidad exigida, pues "en especial en las horas punta, la alta demanda dificulta a la gente subirse al bus para realizar su viaje".
Un caso diferente se presenta en las comunas situadas a una mayor distancia del centro de la capital, como Puente Alto, Quilicura y Huechuraba. Allí, el 18% de los vecinos solicita que exista una mayor densidad en su malla de recorridos. Hasta ahora, los operadores del sistema poseen alrededor de 350 servicios para cubrir 5,5 millones de viajes por día.
Por ello, el gobierno evalúa aumentar en 20 estos recorridos, para que las personas de esas comunas tengan servicios directos entre su vecindario y sus empleos. Además, quieren acercamiento a hospitales, municipalidades y centros comerciales.