Tras 50 años detectan chinchillas en Atacama

Su piel es sedosa y extremadamente espesa y suave, apunta la descripción del tratado Cites sobre la chinchilla, protoloco que busca asegurar que el comercio internacional de animales y plantas no amenace su supervivencia. En el están incluidas las dos especies de chinchillas del país: la chinchilla chinchilla (comúnmente llamada de cola corta) y la lanigera (o de cola larga). Y lo hacen en el Apéndice I, que consigna a las especies en peligro de extinción.

La IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) la tiene catalogada en peligro crítico. Incluso, algunos científicos la han declarado extinta en su hábitat natural.

Las particulares condiciones de su pelaje permitieron, a comienzos del siglo pasado, el nacimiento de una lucrativa industria peletera, cuyo desarrollo diezmó la población dramáticamente.

Sin embargo, dos estudios paralelos documentaron la presencia de la especie en dos sectores en los que hace décadas no habían registros. En Atacama, expertos de la U. de Tarapacá, comprobaron, después de 50 años sin ser divisadas en la región, nuevas colonias de la chinchilla de cola corta en el salar de Maricunga y en la laguna Santa Rosa, basados en fotos de cámaras trampa, además de restos óseos y fecas.

Y en la Cuarta Región, en Corral de Piedra, en la precordillera de la comuna de La Higuera, Conaf comprobó la semana pasada, también con cámaras trampa, la presencia de la chinchilla de cola corta a 400 km de la Reserva de Las Chinchillas, único lugar en el país donde quedan ejemplares de la especie, pese a que, originalmente, habitaron desde el norte hasta Talca. Aunque los lugareños habían advertido su presencia, no habían pruebas visuales para asegurar que se tratara de la misma especie.

Según Pablo Valladares, coautor del estudio de la U. de Tarapacá, después de poblar el altiplano de Perú, Bolivia, Argentina y Chile, la chinchilla de cola corta está extinta en los tres primeros países, mientras que en el país sólo se remite a las localidades de El Laco y el volcán Llullaillaco, en la Región de Antofagasta. De ahí el hito que, después de 50 años, la especie haya sido vuelta a ver en Atacama, lo que a su juicio, sin embargo, no necesariamente implica un repoblamiento. "En realidad esas colonias son remanentes que sobrevivieron a la matanza que sufrieron por parte de chinchilleros".

Similar opinión tiene Eduardo Rodríguez, director regional de Conaf Coquimbo, respecto al hallazgo de especímenes de cola larga en Corral de Piedra. "Lo más probable es que escasos ejemplares que dejaron las capturas del siglo pasado hayan repoblado este sector, pero se trataría de una población con mucha endogamia por cruces entre ejemplares emparentados, por lo que se necesita incorporar nuevos genes para su subsistencia. Por eso, es necesario hacer un plan de manejo", dice Rodríguez respecto al hallazgo realizado por Pablo Povea, del Departamento de Áreas Silvestres Protegidas de Conaf, y el guardaparque de la Reserva Las Chinchillas, Boris Saavedra.

Sin embargo, Valladares dice que los hallazgos alientan la posibilidad de repoblamiento. "La primera parte de nuestra línea de investigacion es identificar las colonias de chinchillas silvestres en Chile. La segunda, es conocer sus características ecológicas y genéticas, para luego iniciar un proceso de recolonización de lugares que sean adecuados para su subsistencia". Por ello pide más planes de conservación, como el que actualmente lleva adelante Conaf, para detectar la presencia de especies en otros sectores de la Región de Coquimbo y control de sus amenazas para el sector de Aucó.