El 21 de noviembre de 2012 es un día difícil de olvidar para Ezequiel Videla. Esa tarde, con la camiseta de la U frente a Unión Española en el arranque de playoffs, el Monito había salido desde la banca para reemplazar a un desgarrado Sebastián Martínez.

El volante alcanzó a estar apenas 21 minutos en la cancha de Santa Laura. Tras saltar a disputarle un balón a Emiliano Vecchio, en ese tiempo aún en el equipo hispano, el volante de contención no logró caer de buena manera y se luxó la rodilla izquierda, dejando una imagen que dio la vuelta al mundo por la espectacularidad de la lesión.

Luego de eso, el jugador fue operado y estuvo cuatro meses fuera de las canchas.

En su retorno, fue titular con la camiseta azul con Marco Antonio Figueroa en la banca, sin embargo, su rendimiento estuvo lejos del mínimo esperable, por lo que fue borrado del equipo.

Tras salir del cuadro laico, partió a Colón de Santa Fe donde jugó varios partidos como titular, pero el equipo perdió la categoría. Pese a todo, la revancha estaba a la vuelta de la esquina.

El héroe de Avellaneda

De cara al segundo semestre de este año, Videla se sumó a Racing de Avellaneda. "Era un equipo en formación y realmente jamás pensé, primero, que iba a tener tanta regularidad y, segundo, que seríamos campeones", reconocería el futbolista una vez consumada la nueva corona de la Academia.

Videla fue el alma del campeón. Titular gran parte del campeonato, fue el equilibrio perfecto en un equipo con pocos puntos bajos. Además, al menos los últimos seis compromisos, los jugó con una hernia inguinal  de la cual ya fue operado, buscando que llegue en plenitud física al próximo torneo. Ese esfuerzo físico, le valió el cariño de la parcialidad albiceleste, que lo ovacionó tras la obtención del título.

"En los últimos partidos fue muy incómoda la lesión. Me molestó bastante, pero era el momento de hacer el último sacrificio, por mis compañeros y por todo el equipo y su gente. Los médicos me ayudaron mucho y era el precio que había que pagar para alcanzar el objetivo. No le podía fallar a todos los que han confiado en mí a lo largo de mi carrera", afirmó el volante central.

Tan superlativo fue su nivel, que incluso el técnico del equipo, Diego Cocca, no escatimó en elogios para el ex U: "El fallecido padre de Ezequiel era hincha de Racing. Este club está hecho a su medida. Tiene una tremenda categoría. Él, definitivamente, es nuestro Mascherano", aseguró.

Hoy, el León, como le apodan también en Argentina, sólo disfruta su momento. "Recién vivo esto y aún no pienso en el futuro. Ya habrá tiempo para eso", dice, mientras, en España, Valencia ya le sigue los pasos.