Luego de los tornados que sacudieron durante un mes y medio a Estados Unidos, la temporada de huracanes comenzó hoy en el Océano Atlántico, según indicó la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por su sigla en inglés).
Para el organismo, la tendencia es que el fenómeno se presente con más fuerza y supere al del año pasado, cuando los vientos desviaron la mayor parte de los temporales fuera de las costas del este y el sur del país.
"Los últimos acontecimientos, incluidos los tornados mortales en el centro y sureste, las inundaciones en el río Mississippi y otras emergencias, sirven para recordarnos que tenemos que estar preparados para enfrentarnos a cualquier circunstancia, incluidos los huracanes", dijo hoy el administrador de FEMA, Craig Fugate, en un comunicado.
El funcionario, que hoy informará al Presidente Barack Obama sobre las proyecciones para la temporada, recordó que "todos los estadounidenses deben prepararse", tanto los que están en los estados más expuestos a huracanes como los que viven en el interior. "Eso significa tener un plan de emergencia, guardar un kit de emergencia y mantenerse informado de alertas o mensajes de funcionarios locales", añadió.
Estados Unidos prevé recibir esta temporada entre 12 y 18 tormentas con vientos de más de 62 kilómetros por hora, de las que entre 6 y 10 se podrían convertir en huracanes (más de 120 kilómetros por hora), según los datos de la Administración Atmosférica y Oceánica Nacional (NOAA).
De los huracanes, se esperan entre 3 y 6 grandes huracanes de categorías 3, 4 y 5, con vientos de más de 178 kilómetros por hora. Esos fenómenos podrían agravar los millonarios daños materiales registrados en amplias zonas del sur y el centro del país tras la peor temporada de tornados desde la década de los cincuenta, que se ha cerrado con un saldo de víctimas mortales superior a las 500, y las localidades de Tuscaloosa (Alabama) y Joplin (Missouri) totalmente devastadas.