Un dragón fugitivo y un hombre bendecido por la naturaleza, que interviene en la creación e historia de América y lo busca por mar y tierra, son la base de una obra teatral desplegada en Santiago, que ahora espera proyectarse a otros países.
"La universalidad de las leyendas y textos flexibles, adaptables a las realidades de otros países, nos hace pensar que la obra será bien acogida en otras partes", dijo tras la función de hoy, Tito Cancino, creador, productor y actor de la obra.
"Los Pitt, una historia celta de origen latinoamericano" fue concebida originalmente para los niños, pero función tras función ha conquistado también a los adultos, que la han preferido en la nutrida cartelera teatral que se ofrece esta temporada en la capital.
La obra trata de un joven escocés, William Pitt, a quien la naturaleza, en premio a su bondad, le otorga el don de la fertilidad en los pies, por lo que el suelo que pisa se vuelve fértil.
El don le provoca a William el odio de un envidioso terrateniente, que envía en su contra al malvado dragón Rocamadur que, derrotado, huye a tierras desconocidas, no sin antes lanzar una maldición contra William y todos sus descendientes.
William lo persigue por los siete mares y en su camino realiza prodigios con la virtud de sus pies, como la creación de la Isla de Cuba y la selva amazónica, entre otros, y tras un deambular por diversos países latinoamericanos llega a Bolivia, Argentina y de ahí, a la sureña localidad chilena de Villarrica.
Lo particular de la historia, que con sus 40 minutos enriquece un interesante movimiento de teatro breve en Chile, es que su autoría, montaje, dramaturgia, escenografía y actuación tienen como único responsable a Cancino.
Acompañado de dos músicos, el despliegue de muñecos que en varios pasajes duplican a algunos personajes de la obra o representan directamente a otros, así como una permanente interacción con el público, la obra se despliega y navega como una fuerza autónoma hacia un imprevisto desenlace.
Actor y músicos desarrollan distintas formas de narración, incluidas la verbal, gestual y sonora, que mezclan técnicas de juglaría, clown, muñecos y sombras.
Una característica especial es la interacción entre los personajes y el público, que incluso es invitado a formar parte del desarrollo del relato.
"La participación del público es vital y hemos comprobado que se involucra activamente en el desarrollo de la trama", explicó Cancino, que proyecta llevar la obra a Colombia, Brasil y otros países de la región.
Destacó que se utilizan "textos flexibles, que puedan adaptarse al lenguaje, modismos y tonalidades del lugar donde se represente".
Formado como actor en la Universidad de Artes y Ciencias Sociales (Arcis), Cancino se dio a conocer en el festival de teatro de Manizales (Colombia) y más aún en Chile, donde llamó la atención como un hombre de tierra adentro que hace un par de temporadas recorría ciudades y campos en busca de La Isla Desconocida, según el relato de José Saramago.
Cancino está convencido de que la obra tendría aceptación en México y España, donde por supuesto será narrada en las claves teatrales propias de esos países.