En las dependencias de la PDI se encuentra una carta del histórico director del FBI, J. Edgar Hoover. En este documento, el máximo jefe de la policía federal estadounidense agradece a los detectives chilenos por su labor en la investigación de las redes de los nazis en Chile, durante la Segunda Guerra Mundial. Estas indagatorias, cuentan personas que conocen del tema, permitieron desbaratar operaciones que agentes del Tercer Reich estaban llevando a cabo en Argentina y Brasil.
Todas las investigaciones fueron llevadas a cabo por una sección que formalmente "jamás existió", pero que sí fue una realidad: el mítico Departamento 50 de la policía civil, que operó entre 1931 y el término del conflicto armado. Adquirió su nombre porque el número 50 era el anexo telefónico que tenía su despacho.
Los resultados de este trabajo de inteligencia están recopilados en nueve tomos, que se encuentran bajo llave en uno de los edificios de la PDI, con el timbre de "secreto" y amparados bajo el alero de la Ley de Inteligencia.
El contenido de estos documentos , sin embargo, casi 80 años después, es ahora motivo de disputa, luego de que el 11 de enero pasado la Cámara de Diputados solicitara al director general de la policía civil, Héctor Espinosa, que desclasificara estos antecedentes.
La petición indica que "el Departamento 50 se reveló como una institución extraordinariamente eficiente y logró el desmantelamiento de bases de apoyo nazi y el encarcelamiento de numerosos agentes nazi. La documentación fue entregada al Archivo Nacional, como lo estipula la ley".
El escrito agrega que "en 1952, al asumir el gobierno el general Carlos Ibáñez del Campo, ordenó que toda esta documentación, que supera los nueve volúmenes y (tiene) una colección de fotografías, fuese 'prestada' a Investigaciones".
La solicitud añade que la PDI "prohíbe la consulta a los investigadores e incluso citar partes de ella (la información clasificada) en estudios o publicaciones". Y subraya que estos informes deberían pertenecer al Archivo Nacional, por lo que solicita su devolución.
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Uno de los documentos que se encuentran reservados. foto: PDI[/caption]
Consultada la institución policial, se indicó que, "efectivamente, hasta el gabinete del director general de la PDI llegó una solicitud transversal, formulada por 36 diputados de todos los sectores políticos, quienes piden la desclasificación de la documentación de inteligencia generada en medio de las pesquisas que realizó la Policía de Investigaciones antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, en torno a las actividades políticas y de espionaje cometidas por agentes nazis en Chile". Trascendió que la solicitud se encuentra en etapa de evaluación.
Al respecto, el diputado Gabriel Silber (DC) -quien lideró la petición de desclasificación- indicó que "esto es una parte importante de la historia de nuestro país que no ha sido contada. Creo que la PDI desarrolló con mucho profesionalismo la detección a tiempo de células de agentes nazis en territorio nacional".
¿Qué se sabe de las actividades del Tercer Reich en Chile? En 1931 se formó la primera filial del Partido Nacional Socialista Alemán. El monitoreo de este grupo indicó que en el sur se habrían realizado entrenamientos paramilitares y que se invertían millones de marcos de propaganda en diarios y radios. Chile era de interés para los alemanes, porque contaba con el Estrecho de Magallanes. "Era algo así como el centro de operaciones para espiar al resto de la región", cuentan los diputados .
Fueron antecedentes como estos los que dieron origen a la necesidad de formar el Departamento 50. En 1941, quien fuera entonces secretario general de la Policía de Investigaciones, Salvador de la Vega, encabezó un allanamiento a un club de Puerto Varas, donde se incautaron 12 fusiles de guerra y 50 mil municiones.
Poco después, en mayo de 1941, se descubrió que algunas comunicaciones radiales de las FF.AA. eran interceptadas por agentes nazis operando en Chile. El grupo -de alrededor de 150 personas- fue desbaratado por el Departamento 50, que contó con el apoyo del FBI. Finalmente, se estableció que eran dos células las que operaban en Chile, dirigidas desde Hamburgo por el Abwehr (el servicio de inteligencia militar alemán). Además de espionaje intentaron infiltrarse en las Fuerzas Armadas.
El historiador Víctor Farías, experto en esta materia, dice que "durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda los nazis tenían todas las facilidades para actuar en Chile. Especialmente, por el aparato diplomático. Además, la colonia alemana en el país estaba muy militarizada. Ocurrieron varios atentados, incluso hundimientos de barcos. Esto se fue poniendo realmente muy peligroso". Añade que "cuando Aguirre Cerda muere y asume Juan Antonio Ríos, se ordenó crear un departamento de contraespionaje, que dependía del Ministerio del Interior".
El Departamento 50 fue desmantelado cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial.