En 1870, Benjamín Vicuña Mackenna imaginó el cerro San Cristóbal transformado en un paseo. Década tras década, el peñón fue cambiando su fisonomía lentamente, hasta que en los años 20 su sobrino, Alberto Mackenna -intendente de Santiago-, recogió su legado y pensó que, como corolario, el lugar debía tener un ascensor al aire libre para que los santiaguinos subieran hasta la cumbre.
El 25 de abril de 1925, Mackenna, los arquitectos Carlos Landa y Luciano Kulczewski, y el ingeniero italiano Ernesto Bozo -estos tres últimos, ejecutores de la idea- vieron cómo el funicular de Santiago remontaba por primera vez el escarpado terreno para alcanzar la cima. Lo hizo con una tecnología de vanguardia para esa época, que aún sorprende a los expertos: dos motores eléctricos (uno de operación y otro de respaldo), cuatro sistemas de freno independientes y un freno de seguridad en cada carro.
Han pasado 87 años desde ese señero episodio. Lapso que se nota en sus fierros y carros, fabricados en Milán por la casa Ceretti y Tanfani. Por eso, desde agosto los usuarios ya no pueden abordar este medio de transporte, declarado Monumento Nacional en 2000. Se encuentra cerrado, objeto de un exhaustivo diagnóstico a cargo de expertos de la Universidad Técnica Federico Santa María.
Ese análisis servirá de base para que, a fines de 2013 o principios de 2014, comience la más completa restauración que jamás se le ha hecho, para devolverle su estándar operativo original e incorporarle elementos de seguridad actuales.
Son arreglos que forman parte del Plan Centenario del Parque Metropolitano, 100 años que se cumplen en 2017. "La recuperación del funicular es uno de los proyectos más emblemáticos, debido al aporte histórico y patrimonial que tiene para la ciudad y sus habitantes", afirma el subsecretario de Vivienda y Urbanismo, Francisco Irarrázaval.
Hoy, buses reemplazan al ascensor, pero la experiencia no es la misma. Los turistas que esperan conocer esta atracción se quedan con las ganas. "Un amigo que vino en 2010 me habló del ascensor del cerro, pero no lo pude conocer. Es una pena", dice el inglés John Weiland en la entrada de Pío Nono al parque.
Muchos capitalinos también lo echan de menos. "El 8 de diciembre vine a visitar a la Virgen, pero no pude subir en él como siempre. Ojalá que el 16 de julio, el día de la Virgen del Carmen, esté funcionando", señala Carmen Sánchez, fiel devota que no tendrá que esperar tanto. El funicular reabrirá a mediados de febrero, a la espera de comenzar su restauración unos meses después.
Inicialmente, la reapertura del funicular estaba contemplada para este mes. Sin embargo, hubo que hacer no sólo un completo análisis de las piezas que conforman este sistema, sino que también realizar trabajos de conservación menores.
Martín Andrade, coordinador nacional de Parques Urbanos del Ministerio de Vivienda, detalla que, por ejemplo, fue necesario tratar el eje que sostiene la polea. "Se pudo constatar que tenía oxidación superficial, que fue extraída en una maestranza. Además, se consideró fundamental incluir una semana más de marcha blanca, para certificar el correcto funcionamiento de todas las piezas y partes que fueron reemplazadas durante estas labores de conservación", dice.
Humberto Miranda, encargado del estudio y profesor de la Facultad de Ingeniería Mecánica de la Universidad Técnica Federico Santa María, se sorprendió con el buen estado que hoy tiene este medio de transporte. "Salvo las cabinas de los carros, que fueron reemplazadas en los años 70, el equipo es prácticamente el original", explica el experto.
Añade que lo más dañado son los elementos que quedan a la intemperie, como también el plano de rodadura -vía por donde circula el ascensor-, que ha sufrido los efectos de la humedad y los terremotos. "Ahí es donde se requieren las mayores obras de recuperación. Pero es importante señalar que ese deterioro no ha afectado la seguridad de la instalación", enfatiza.
Las estaciones también requerirán reparaciones, pero no de gran envergadura. El diagnóstico ya está listo y en unos meses más este tesoro santiaguino recuperará su brillo original. Según Andrade, es "el corazón del Parque Metropolitano", porque irriga sus lugares más concurridos: la Terraza Bellavista, la Virgen y el zoológico.