El huracán Marí­a barrió la pequeña isla de Dominica con vientos de fuerza catastrófica durante la noche del lunes, emprendiendo una ruta sobre el Caribe oriental que amenaza a pequeñas islas ya devastadas por el huracán Irma y que podrí­a llevar al meteoro directamente sobre Puerto Rico.

Los vendavales y aguaceros azotaron durante horas la montañosa Dominica, donde Marí­a causó inundaciones y arrancó tejados de las casas como una muy peligrosa tormenta de categorí­a 5.

Un inspector de policí­a en la isla, Pellam Jno Baptiste, dijo el lunes por la noche que no habí­a reportes inmediatos de ví­ctimas pero que era demasiado peligroso para los agentes hacer una evaluación completa mientras soplaba la tormenta.

"No podemos movernos de donde estamos", dijo en una breve entrevista por teléfono mientras se refugiaba del segundo huracán de categorí­a 5 que sufre la región este mes.

Marí­a se debilitó ligera y brevemente el martes por la mañana a una todaví­a importante tormenta de categorí­a 4 tras golpear la pequeña nación insular. Pero esa variación resultó ser fugaz, y el avión que sigue y monitorea a la tormenta indicó que el sistema habí­a recuperado la temible categorí­a 5, horas después de pasar sobre Dominica.

El primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, describió en una serie de publicaciones en Facebook la furia de la tormenta."¡Los vientos son inmisericordes! ¡Sobreviviremos por la gracia de Dios!", escribió al principio de una serie de publicaciones cada vez más angustiantes.

Minutos después dijo que podí­a escuchar cómo se desprendí­an los techos de acero galvanizado de las casas.

Posteriormente publicó que pensaba que su casa habí­a sufrido daños y una media hora después dijo: "Se fue mi techo. Estoy a expensas del huracán. La casa se inunda". Siete minutos después informó que habí­a sido rescatado.

Las autoridades en Guadalupe señalaron que la isla francesa, cercana a Dominica, probablemente sufrirí­a grandes inundaciones y advirtieron que muchas poblaciones podrí­an quedar anegadas. En la cercan Martinica, las autoridades ordenaron a la gente que se mantuviera en interiores y pidieron que se preparasen para cortes de electricidad y en el suministro de agua corriente.

Con Puerto Rico en la mira del huracán, los funcionarios de la isla advirtieron a los residentes de casas de madera o frágiles que buscaran un refugio seguro.

Marí­a mostraba vientos máximos sostenidos de 260 kilómetros por hora poco antes del amanecer del martes. La tormenta estaba a 100 kilómetros  al sur-suroeste de la isla de Guadalupe y avanza en dirección oeste-noroeste a 15 km/h .

Se esperaban variaciones en su intensidad y los expertos dijeron que Marí­a probablemente ganarí­a fuerza durante las 24 horas siguientes o más, señalando que su ojo se habí­a reducido a 16 km .

Un vórtice estrecho suele implicar que un huracán extremadamente fuerte puede hacerse aún más poderoso, explicó Brian McNoldy, investigador de huracanes en la Universidad de Miami. Es un fenómeno similar al de un patinador sobre hielo que recoge los brazos y gira más deprisa, indicó.

Se emitieron avisos preventivos para las Islas Ví­rgenes de Estados Unidos y Británicas, Puerto Rico, Guadalupe, Dominica, San Cristóbal y Nieves, Montserrat y Martinica, así­ como para Antigua y Barbuda, Saba, San Eustaquio, San Martí­n, Santa Lucí­a y Anguila.

Más al norte, el huracán José provocó peligrosas corrientes y oleaje en la costa este de Estados Unidos, aunque los expertos veí­an improbable que tocara tierra.