En mayo de 2001, Cristina Barría, de la Región de Magallanes, adoptó a un pequeño de ocho años. Era un niño sano y no tuvieron sobresaltos hasta 2010, cuando el menor fue diagnosticado de una insuficiencia renal terminal. Cristina, sin pensarlo dos veces, quiso donarle parte de su riñón, pero lo impidió la imcompatibilidad sanguínea. No hubo otra salida: la lista de espera de trasplantes, que reúne a casi dos mil personas, se convirtió en la única alternativa.
Mientras esto ocurría, Cristina seguía por televisión el caso del periodista argentino Jorge Lanata, quien se trasplantó gracias a un sistema de donación cruzada de órganos, de duplas no compatibles. Se trataba de un procedimiento prohibido en Chile, lo que la magallánica se propuso cambiar. Y así partió la cruzada.
Ayer, el proyecto fue despachado por la Cámara de Diputados y quedó listo para convertirse en ley. Los cambios permiten la donación cruzada de órganos entre personas vivas y la entrega altruista por parte de quienes deseen hacer una ayudas anónima.
La iniciativa revierte un requisito de la ley de trasplante, que exigía a los donantes vivos ser familiares, conyugues o convivientes de la persona que requería el órgano. Por ello, cuando en la familia no existía compatibilidad sanguínea, de antígenos y anticuerpos para poder concretar el injerto, el paciente no tenía más opciones.
Así, la donación cruzada permite que dos parejas -incompatibles entre sí- se intercambien entre ellos para entregar y recibir el órgano que necesitan, coordinado a través del Ministerio de Salud.
"Es una buena noticia para muchas personas que están esperando un trasplante. No resuelve la lista de espera, pero sí amplía las posibilidades de tener un donante compatible. La mayor parte de las personas que esperan son para trasplante renal", dijo la senadora Carolina Goic, impulsora de la norma.
La idea del gobierno es que la iniciativa esté vigente a fines de este año, una vez que esté lista su regulación. "La elaboración del reglamento de la ley tomará un trimestre o semestre. Esperamos durante el segundo abocarnos a cómo lo hacemos operativo", explicó José Luis Rojas, coordinador nacional de Trasplantes del Minsal.
Para ello, se creará un registro de parejas donantes, cuyo objetivo será facilitar la búsqueda de pares biológicamente compatibles entre sí, y aplicar criterios de priorización para su recepción, especialmente de riñones e hígados. Esta labor estaría a cargo del Instituto de Salud Pública.
"De 300 trasplantes que se hacen en Chile, 25% son con donantes vivo. Con esto se está pensando que podría aumentar un 10% o 15% el número de donantes vivos. El número no es muy importante, pero le abre la puerta a personas que hoy les costaría mucho encontrar un trasplante", sostuvo Rojas.
El proyecto original sólo incluía la donación cruzada, pero en la Cámara se agregó la entrega altruista de órganos. Y ante los temores de que los cambios fomenten un eventual tráfico de tejidos, se resolvió que el procedimiento sea ciego para las personas participantes, quienes no podrán saber quiénes son los beneficiarios.
Además, la ley dispone que la información relativa a donantes y receptores será tratada y custodiada con estricta confidencialidad y considerada dato sensible según ley de protección a la vida privada.
"La controversia más fuerte de esta tramitación estuvo en la donación altruista, ya que al hacerlo abierto se prestaba para un eventual tráfico de órganos. Fue en la comisión mixta donde se determinó que el donante entregara a una persona indeterminada", dijo Karla Rubilar, diputada independiente.
Con los cambios, Chile se pone en línea con países como Estados Unidos, España, Ecuador que ya tienen instaurado este sistema de donación cruzada y proyecta mejorar la tasa de donaciones de órganos, que cerró en 7,8 por millón de habitantes el año pasado.