La inmunoterapia rápidamente comienza a ganar terreno en el combate contra el cáncer. Hace un tiempo que este tratamiento se utiliza para el cáncer de pulmón y el melanoma, y en la actualidad su uso ha mostrado resultados promisorios contra el cáncer de vejiga.
Esta enfermedad, que tiene mal pronóstico y pocas opciones de tratamiento desde hace más de 30 años, es el noveno tipo de cáncer más frecuente en el mundo. En 2012 se diagnosticaron 430 mil nuevos casos y anualmente provoca aproximadamente 145 mil muertes. En Chile, esta enfermedad acabó con la vida de 488 personas en 2010, según datos del Ministerio de Salud. Por lo mismo, los avances en las terapias para combatir la enfermedad son altamente valorados tanto por pacientes como por médicos.
En este contexto, "la inmunoterapia abre un campo inédito para el cáncer de vejiga", asegura Carolina Ibáñez, oncóloga de la Red Salud UC.
La doctora explicó que "en pacientes que no habían respondido a la quimioterapia no teníamos muchas alternativas y las que existían tenían una respuesta muy baja y con muy corta sobrevida". En ese sentido, para pacientes con cáncer de vejiga avanzado y que han recurrido previamente a tratamientos tradicionales sin efectos, el inmunoterapéutico atezolizumab ha prolongado la sobrevida hasta los 14,8 meses como promedio, período que para pacientes que reciben otro tipo de terapias solo se extiende hasta entre nueve y diez meses.
"Es uno de los tratamientos del futuro; es una de las nuevas herramientas que abren un pronóstico mucho mejor para los pacientes", sostiene la oncóloga, quien agrega que la inmunoterapia fue el "último y más importante avance del reciente congreso de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica, ASCO", realizado a inicios de junio.
La doctora Ibáñez indicó que "en Chile, este tipo de drogas no han sido aprobadas para vejiga y que el uso en pacientes solo ha sido para protocolos de estudio". Sin embargo, afirmó que, según la experiencia internacional, "se han logrado mejores resultados que con la quimioterapia y supera a ese tratamiento en segunda línea, ya que varió la sobrevida y mejoró la calidad de vida de los pacientes".
Para que un paciente pueda acceder a este tipo de terapias, las que consisten en que el cuerpo reconozca al tumor cancerígeno como ajeno y lo ataque, es necesario que se cumplan ciertos requisitos. "Se debe tener una buena capacidad funcional, no debe haber antecedentes de enfermedades autoinmunes, el paciente no debe usar drogas inmunosupresoras y tiene que tener una expectativa de vida que permita alcanzar el tiempo de respuesta", concluye Carolina Ibáñez.