La cicatriz sobre el hombro izquierdo tiene fácilmente unos 15 centímetros. Travis Pastrana está a torso descubierto y parece orgulloso de ella. Está en el paddock del pequeño circuito de rally de los X-Games, que organiza ESPN, en Parque Infraero, la más grande de las dos sedes del evento, y luce la huella de su operación más reciente sin pudor. El público demora en percatarse que está en frente de uno de los máximos ídolos de la competencia, pero eventualmente reacciona y se acerca para tomarse unas fotos. El estadounidense, de origen puertorriqueño, accede a todos los requerimientos y luego acepta un diálogo con La Tercera, aunque advierte que pese a sus raíces latinas no habla ni una palabra de español. "Mi abuelo no alcanzó a enseñarme demasiado", dice.

Pastrana ha tenido accidentes de todo tipo durante su carrera en el motocross y el automovilismo. Esta cicatriz en particular le recuerda un hombro que se le dislocó 18 veces en una carrera de autos, pero también se ha roto la tibia y el peroné, la muñeca, la rodilla izquierda (nueve veces), el codo derecho y varias vértebras de la columna. Por si lo anterior fuera poco, posee el milagroso récord de ser una de las tres personas en Estados Unidos que han sobrevivido a que la columna se le separe de la pelvis.

Sin embargo, los golpes recibidos no opacan sus locas hazañas. Pastrana fue el primer piloto en lograr un double backflip (doble salto mortal hacia atrás) sobre una moto, en los X-Games de 2006 y también ostenta desde 2010 el salto más largo jamás realizado en un auto, con 81 metros. En su currículum cuenta con 11 medallas de oro en X-Games, incursiones en el rally mundial y Nascar, su principal objetivo en la actualidad. Además, tiene su propia serie de televisión, llamada Nitro Circus, en la cual realiza trucos incluso más osados junto a sus amigos, como saltar al vacío por el Gran Cañón de Colorado sobre una moto. Su labor en Foz de Iguazú fue algo más reposada, al competir en la prueba Rally Cross de ayer.

¿Qué tan distinto es el público sudamericano al de Estados Unidos o Europa?

Es más efusivo, me imagino que es algo cultural. A Tom Schaar (skater de 13 años) lo seguía un grupo de niñas pequeñas de 10 años para todas partes. Este fenómeno ha pasado a ser algo global y las figuras de los X-Games se han transformado en algo parecido a lo que son los jugadores de fútbol para ustedes.

¿Cuánto ha cambiado la escena de deportes extremos desde que usted comenzó?

Bastante. Durante mis primeros años en los X-Games, yo todavía estaba en motocross, un deporte conocido, pero esto es para un público mucho más amplio. Hasta mi abuela nos ve (ríe), es para grandes y chicos.

¿Cree que hay espacio para la expansión a otros países como Argentina o Chile?

Nunca he estado en Chile. Me encantaría ir, porque tengo muchos amigos que van a esquiar ahí en el invierno. Erik Roner, uno de los integrantes de mi programa va para allá. Viaja por todo el hemisferio sur buscando la nieve.

¿No se cansa de este estilo de vida nómade y peligroso?

Odio viajar, pero me encantan los destinos. Me paso la mitad de mi vida sentado solo en un avión. Extrañas a tus seres queridos y quieres estar con ellos, pero ves estos lugares maravillosos.

¿Con el tiempo, se pierde el miedo de hacer acrobacias?

Nunca, más bien pasa todo lo contrario. Cada día que pasa tienes más miedo, porque te das cuenta de lo que puede salir mal. Puedes pensar que algo es seguro y luego te das cuenta de que no lo es. Pero sigue siendo divertido.

¿Cuándo lo veremos de nuevo sobre una moto?

Como me arreglaron el hombro hace poco, no estoy listo para volver a las motos todavía. Por el momento, solo estaré conduciendo autos.