Tres activistas kurdas, entre ellas uno de los miembros fundadores del grupo rebelde PKK, fueron asesinadas a tiros en París, en un incidente al estilo de una ejecución sumaria que fue condenado hoy por políticos turcos que buscan mediar un acuerdo de paz.

Decenas de policías anti-disturbios cercaron el Centro de la Información de Kurdistán, un instituto situado en el centro de París con estrechos lazos con el PKK donde fueron encontrados los cuerpos poco después de la medianoche del jueves.

De acuerdo a una agencia kurda, trabajadores ingresaron al lugar luego de detectar manchas de sangre en una puerta. Sakine Cansiz y otras dos mujeres parecen haber recibido disparos en la cabeza, dijo una fuente de la policía francesa. De acuerdo a medios kurdos, una de las mujeres también recibió un disparo en el estómago.

No estuvo claro de inmediato quién podría ser el responsable de los asesinatos, pero el Partido de Trabajadores del Kurdistán (PPK) ha tenido disputas internas en medio de su campaña armada en el sureste montañoso de Turquía, la cual ha causado la muerte a 40.000 personas desde 1984.

Los homicidios se produjeron poco después de que Turquía anunciara que inició negociaciones con Abdullah Ocalan, el líder del PKK encarcelado en la isla de Imrali, cerca de Estambul. Las discusiones para poner fin al conflicto ciertamente elevarían las tensiones dentro del movimiento insurgente por las demandas y términos de un eventual cese al fuego.

REACCIONES
"Tengan seguridad de que las autoridades de Francia están resueltas a llegar al fondo de estos actos inaceptables", dijo el ministro del Interior francés, Manuel Valls, y agregó que las muertes eran "seguramente una ejecución".

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, advirtió hoy en contra de un entorpecimiento del proceso de paz con el PKK, tras lo ocurrido.

Según Erdogan, no está claro si las muertes están relacionadas con un ajuste de cuentas interno o si es obra de enemigos de las conversaciones de paz con, Abdullah Öcalan, actualmente encarcelado. "Hay quienes no quieren esto", apuntó el mandatario, que llamó a la calma hasta que se conozcan los resultados de las investigaciones, consignó Dpa.

Cualquier contacto del gobierno turco con el PKK, considerado como un grupo terrorista por Ankara, Washington y la Unión Europea, también es altamente controvertido para el sistema político de Turquía.

El verano boreal pasado, antes del inicio del proceso para sostener negociaciones, se produjeron uno de los incidentes más sangrientos en las tres décadas del conflicto.

Walls identificó a una de las víctimas como la jefa del centro y dijo que unidades de homicidios y anti-terrorismo fueron asignados al caso para investigar los asesinatos. Una fuente policial confirmó que sus nacionalidades eran turcas. "Este es un crimen político, no hay dudas al respecto", dijo a Reuters Remzi Kartal, uno de los líderes del Congreso Nacional de Kurdistán, una entidad que agrupa varias organizaciones kurdas en Europa.

El PKK busca una mayor autonomía en el sureste de Turquía. Muchos turcos temen que ceder a estas exigencias conlleve a una nueva campaña insurgente por la independencia kurda.