La detonación de un caballo cargado con explosivos, de un coche y un autobús además de otro artefacto explosivo son algunos de los atentados que sufrieron los habitantes de el estado de Cauca, en el sur de Colombia. Los hechos terminaron con la vida de cinco personas, entre ellas dos policías, y dejaron 77 heridos.

El presidente Juan Manuel Santos aseguró que se enviarán refuerzos policiales, efectivos del ejército y fuerzas especiales a Cauca, un área plagada por la violencia del narcotráfico y la guerrilla.

"Hemos tomado la medida que de aquí en adelante, la fuerza pública va a destruir cualquier casa que sea utilizada por los terroristas para atacar a la fuerza pública o a la población civil. No mas utilización de casas para disparar a la fuerza pública o a la población civil", dijo Santos.

Los ataques se producen una semana después de que el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) logró eludir su captura por parte de las fuerzas de seguridad. Las FARC han intensificado la violencia en el país, que es el mayor productor mundial de cocaína.