Cinco personas, entre ellas tres policías, fueron acusadas por el asesinato racial contra el joven mexicano Luis Ramírez, que murió en julio del año pasado tras ser golpeado cuando caminaba por las calles de la localidad de Shenandoah (Pensilvania), informó hoy el Departamento de Justicia.
Los acusados del crimen Derrick Donchak y Brandon Piekarsky, de 19 y 17 años respectivamente, se enfrentan a una pena máxima de cadena perpetua. Por su parte, el jefe de la policía de Shenandoah, Matthew Nestor, y dos agentes de policía, el teniente William Moyer y Jason Hayes, acusados de conspirar por obstrucción a la justicia, afrontan penas de 25 años de prisión.
Donchack también enfrenta a cargos por obstrucción a la justicia y conspiración.
En junio pasado, según la CNN, un jurado formado por personas de raza blanca acusó a Donchak y Piekarsky de un delito menor de asalto en el ataque a Ramírez, siendo sentenciados a 23 meses de cárcel.
El veredicto dividió a la población de Shenandoah entre los que defendieron a los acusados y los que se pusieron en su contra, convirtiéndose el caso en una muestra de las tensiones raciales que vive el país.
El gobernador de Pensilvania, Ed Rendell, pidió entonces al fiscal general del país, Eric Holder, que recomendara al Departamento de Justicia estudiar el caso y aducir posibles cargos sobre derechos civiles.
"Las pruebas sugieren que Ramírez fue escogido, golpeado y asesinado porque era mexicano", defendió Rendell en una carta enviada a Eric Holder. "Tal falta de cumplimiento de la ley y tal violencia hieren no sólo a la víctima del ataque, sino también a las poblaciones y comunidades desgarradas por tal intolerancia", dijo el gobernador en la misiva.
La víctima, según un médico forense, murió a consecuencia de los golpes recibidos en la cabeza. Donchak y Piekarsky atacaron al joven después de estar bebiendo en una fiesta local, le golpearon y le profirieron insultos racistas.
Según la acusación hecha pública hoy, los tres policías implicados en el caso obviaron de manera intencionada la versión de Piekarsky sobre el incidente, escribiendo "informaciones falsas y erróneas, dando lugar a falsas declaraciones por las personas involucradas en el asalto motivado por un tema racial", dice la declaración que el Departamento de Justicia dio hoy a conocer sobre el caso.
Cuando ocurrió el ataque, Hayes salía con la madre de Piekarsky, según la acusación, y el hijo de Moyer tenía amistad con Piekarsky y Donchak.
"La violencia motivada por la intolerancia y el odio no tienen lugar en Estados Unidos, aunque todavía es demasiado presente en muchas de nuestras comunidades", expresó en un comunicado el asistente del fiscal general Thomas Perez.