A fines de marzo, la Asociación de académicos de la Universidad del Mar, junto a Inmobiliaria Vera e Inversiones Doña Eliana solicitaron que se anulara la sentencia de quiebra de la institución. La principal razón que esgrimieron fue que en la demanda de insolvencia, Raúl Baeza, uno de los fundadores de la institución, figura como representante legal, aspecto que ellos consideraban errado.

Tras esta petición, el primer tribunal civil de Viña del Mar suspendió la quiebra para analizar los antecedentes. Y ayer, definitivamente, se resolvió dejar sin efecto la medida solicitada por la Tesorería General de la República. Con esto, la mesa directiva de la U. del Mar retoma la administración del plantel.

Según se establece en la resolución, Baeza no podía ser el representante legal de la universidad, ya que, según estipulan documentos presentados por los demandantes, en septiembre de 2011, "por sus compromisos, no está en condiciones de dedicar el tiempo a los nuevos desafíos de la Corporación, por lo que (Baeza) viene a renunciar a la presidencia de la junta directiva de la U. del Mar". Esto es aceptado por los miembros presentes.

El documento legal establece, además, que "resulta de toda evidencia que al referido 4 de marzo de 2013 -fecha en que se empezó a tramitar la quiebra- (Baeza) carecía de dicha representación", precisando en el texto que ya había renunciado a la presidencia de la junta directiva.

Loreto Ried, la síndico de quiebra asignada al proceso, señala que el trabajo realizado "queda sin efecto. Desde que es declarada nula la sentencia declaratoria de quiebra, es nulo todo lo logrado".

La abogada añade que "si la quiebra se volviera a declarar, hay que volver a hacer todo de nuevo", y ella podría seguir a cargo del proceso.

A partir de ayer, fecha de la resolución del tribunal, la Tesorería tiene cinco días hábiles para presentar los recursos pertinentes, como por ejemplo, una apelación.

INICIO DE CLASES
A pesar de que hay varios alumnos que iniciaron las clases la primera semana de abril, sobre todo en las sedes del norte, la mayoría de los estudiantes aún no empieza el año académico. De hecho, en la sede de Viña del Mar aplazaron indefinidamente el inicio de clases, hasta que no se tuviera certeza de lo que ocurriría con la quiebra.

Previo a la resolución, los jóvenes se habían mostrado contrarios a la intervención. "Es un respiro dentro de esta crisis, son ocho días que nos van a permitir recabar más antecedentes de por qué no debe existir un síndico en una universidad", señaló Raúl Soto, presidente de los alumnos, luego de que se diera a conocer la suspensión de la acción judicial.