El líder de los Hermanos Musulmanes en Egipto, Mohamed Badía, fue hoy condenado a cadena perpetua en vez de la pena de muerte que había recibido de manera provisional en un caso por el que fueron sentenciados a muerte seis islamistas.
Fuentes judiciales informaron de que Badía y otros siete miembros de la cofradía que se hallan detenidos fueron sentenciados a cadena perpetua en el llamado caso de la mezquita de Al Istiqama, en el distrito de Guiza, vecino a El Cairo.
El Tribunal Penal de Guiza impuso esa pena a esos ocho islamistas, que fueron hallados culpables de emplear la violencia, asesinar a civiles e incitar al terrorismo y al vandalismo cerca de esa mezquita tras el golpe de Estado que derrocó al presidente Mohamed Morsi el 3 de julio de 2013.
Entre los condenados a cadena perpetua figuran también otros dirigentes de los Hermanos como Mohamed el Beltagui, Esam el Erian o Safuat Higazi.
En ese mismo fallo, que es apelable, la corte condenó a pena de muerte a seis islamistas que fueron juzgados en rebeldía, apuntaron las fuentes.
Ese tribunal había enviado los expedientes de los implicados hasta en dos ocasiones al muftí de la República y máxima autoridad religiosa del país, Shauqi Alam, para que se pronunciara sobre la pena capital a la que fueron sentenciados de forma provisional.
El muftí rechazó confirmar ese castigo "por la falta de pruebas en contra" de los procesados en un dictamen no vinculante.
El guía supremo de los Hermanos ya recibió una condena a muerte el pasado 21 de junio por un tribunal de la provincia de Minia (sur), junto a 182 islamistas, una decisión que fue recurrida por la Fiscalía.
Desde el derrocamiento de Morsi, las autoridades han perseguido a los miembros y líderes de los Hermanos Musulmanes, a los que han calificado legalmente de grupo terrorista.
Los islamistas, por su parte, se niegan a reconocer el proceso político actual e insisten en la restitución como presidente de Morsi.