La Audiencia Nacional española propone al Tribunal Supremo que sea la justicia española la que investigue y juzgue en su caso el secuestro y asesinato del diplomático español Carmelo Soria en 1976 en Chile, tras comprobar que no se ha investigado de manera "eficaz".

El magistrado José de la Mata, a petición del Tribunal Supremo, justifica los motivos por los que este caso no estaría afectado por la reforma de la justicia universal en España, al tratarse de un delito de terrorismo.

Además, el magistrado considera que en Chile no ha existido "ni todavía existe una investigación diligente y eficaz sobre lo ocurrido" hace 39 años, tiempo durante el cual la justicia chilena ha sobreseído la causa hasta en cuatro ocasiones.

Tras un nuevo archivo, cuando se ordenó hace dos años reabrir el caso por el asesinato de Soria, perpetrado el 14 de julio de 1976 por agentes de la policía secreta de Augusto Pinochet, tras solicitar nuevas diligencias la familia de la víctima.

De la Mata cree que desde entonces la investigación ha estado prácticamente paralizada, ya que no se ha tomado declaración a implicados en el asesinato y se ha denegado la extradición de los presuntos responsables.

El juez hizo esta petición al Supremo en contra del criterio de la Fiscalía, que se opuso a que España investigue este caso argumentando que en Chile se sigue un proceso por el crimen y por ello el juez que debe investigarlo es el del "lugar en el que se cometieron los hechos".

En cambio, De la Mata considera que este proceso se ha demorado injustificadamente y recuerda que durante 14 años la justicia chilena desconoció las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que concluyó que el Estado chileno había violado, respecto de Carmelo Soria, el derecho a la libertad personal, a la vida y el derecho a la integridad personal.

Para apoyar su petición, el magistrado se basa en la reciente decisión del Supremo que reconoció la jurisdicción de los tribunales españoles para investigar un caso parecido: el asesinato del jesuita Ignacio Ellacuría y otras siete personas ocurridos en noviembre de 1989 en El Salvador.

La investigación en España del asesinato de Soria la inició el entonces juez Baltasar Garzón- que en 1999 procesó a Pinochet- a raíz de una querella presentada por la Fundación Española Presidente Allende contra quince ex militares.

En 2012, el juez Pablo Ruz procesó por este caso a siete ex responsables de la Dirección de Inteligencia Nacional (Dina).

Según el auto de procesamiento, Soria, que trabajaba como personal diplomático para las Naciones Unidas en la Comisión Económica para América Latina (Cepal), fue secuestrado por los agentes de la Dina mientras se dirigía a su casa en Santiago en julio de 1976, en plena dictadura militar (1973-1990).

Fue torturado para que confesara si tenía relación con el Partido Comunista y especificara cuál era su misión en el país, tras eso lo mataron inyectándole o haciéndole ingerir media botella de pisco para hacer pasar su muerte por un accidente de tráfico.