El Tribunal Anticorrupción concedió este miércoles a la ex presidenta filipina Gloria Macapagal Arroyo continuar con su arresto por un caso de corrupción en el hospital donde convalece por una dolencia cardiaca y otra en la columna vertebral.
La decisión del tribunal se produce después del visto bueno de la Fiscalía, que acusa a la expresidenta de malversar 365 millones de pesos (7,18 millones de euros u 8,7 millones de dólares) de las arcas de la lotería estatal.
Arroyo, de 65 años, fue detenida por este caso el 4 de octubre en el hospital Veterans Memorial Medical Center de Manila, donde ha estado ingresada la mayor parte del último año debido a complicaciones de salud.
El pasado viernes, la exmandataria tuvo que ser ingresada en cuidados intensivos después de que le fue diagnosticada una isquemia coronaria -que bloquea la circulación sanguínea al corazón- tras sufrir dolores en el pecho.
Tres días más tarde, debía declarar en el tribunal por la presunta malversación.
En este mismo hospital militar, la ex jefa del Estado estuvo confinada durante ocho meses, hasta el pasado 25 de julio, por el cargo de presunto fraude electoral cometido en 2007.
En otro proceso aparte, Arroyo también debe afrontar una acusación de corrupción y tráfico de influencias, en relación a un contrato estatal de 329 millones de dólares para la instalación de una red nacional de internet de alta velocidad con la empresa china ZTE.
Hasta el momento, ninguno de los delitos atribuidos a Arroyo y a su esposo, el empresario José Miguel Arroyo, han sido probados en un tribunal de justicia.
A pesar de los procesos judiciales y una enfermedad que la mantuvo en silla de ruedas durante meses, la mujer que gobernó Filipinas desde 2001 hasta 2010 continúa activa en política como parlamentaria y aspira a revalidar el escaño en las elecciones del año próximo.