El Tribunal Supremo de la India dictará hoy sentencia en un juicio que enfrenta a la farmacéutica multinacional suiza Novartis con los fabricantes indios de genéricos, amparados por la legislación del país asiático.
El juicio debe resolver si se concede una patente en la India al medicamento anticancerígeno Glivec de la multinacional, actualmente reemplazado en el mercado por versiones indias mucho más baratas.
Los analistas creen que una sentencia favorable a Novartis podría tener un efecto dominó en otras disputas similares y poner en peligro que la India continúe siendo el principal suministrador de genéricos del mundo, especialmente a países en vías de desarrollo.
La multinacional suiza argumentó al comienzo del juicio, en septiembre, que "saber" que se puede "tener patentes en la India beneficia al Gobierno, a la industria y a los pacientes porque las organizaciones que investigan sabrán que invertir en el desarrollo de mejores medicinas es una opción a largo plazo".
"Sin patentes, no habrá nuevas medicinas para enfermedades no tratadas y no habrá tampoco nuevos genéricos", dijo Novartis.
Médicos Sin Fronteras (MSF), que trabaja con genéricos indios, ha criticado que si Novartis "tiene éxito, las patentes se concederán más ampliamente en la India, algo que bloqueará la competitividad entre productores que hace que bajen los precios".
"Restringirá el acceso a medicinas asequibles a millones (de personas) en la India y en el mundo en vías de desarrollo", afirmó la organización humanitaria en un comunicado difundido la semana pasada.
La India dejó en 1970 de conceder patentes de medicamentos, pero la ley fue enmendada en 2005 en cumplimiento con la normativa de la Organización Mundial del Comercio (OMC), de la que el gigante asiático es estado miembro.
Nueva Delhi se abrió entonces a admitir el registro de medicamentos pero estableció el merecimiento de la patente en función de que el fármaco presentase una innovación significativa.
En el caso de Novartis, que lleva más de seis años inmerso en una batalla legal en la India, diferentes tribunales del país asiático han considerado que su fármaco anticancerígeno no representa una innovación, y por ello la multinacional recurrió al Supremo.
En 2006, cuando la India rechazó la patente de la multinacional por el mesilato de imatinib (comercializado como Glivec o Gleevec), el fármaco de Novartis costaba 2.600 dólares por paciente al mes, y las versiones genéricas indias solo 200 dólares.