El Banco Central Europeo subió el jueves su tasa clave de interés por primera vez desde el
estallido de la crisis financiera en el 2008, pero aclaró que esta alza no marcaba necesariamente el inicio de un ciclo de ajuste monetario.
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, usó expresiones en la conferencia de prensa posterior a la reunión que tradicionalmente se asocian con nuevas alzas de tasas. Sin embargo, se ocupó de aclarar que el Consejo del Gobierno no había tomado esta subida como la primera de una serie de incrementos.
Este comentario sorprendió a los mercados, que apostaban a al menos dos alzas más en el resto del año. La tasa quedó ahora en un 1,25%o tras el incremento de 25 puntos básicos.
Este abordaje cauto podría indicar que el BCE teme que un ajuste brusco en el costo del dinero pueda perjudicar a las economías periféricas de la zona euro con problemas de deuda.
Trichet dijo que el BCE había instado a Portugal a pedir ayuda financiera, algo que el país hizo el miércoles.
"La postura de la política monetaria sigue siendo expansiva y por lo tanto continúa dando apoyo considerable a la actividad económica y a la creación de empleos", afirmó al leer el comunicado oficial del BCE tras su reunión mensual.
"Seguiremos monitoreando muy de cerca todos los desarrollos en lo que respecta a los riesgos sobre la estabilidad de precios", agregó.
La frase "monitorear de cerca" fue vista una vez como una señal de que el BCE estaba a dos meses de subir su tasa, mientras que "muy cerca" implicaba que un ajuste estaba en el aire al mes
siguiente de que se pronunciaba. Sin embargo, la expresión "muy de cerca" ha perdido significado en los últimos años.
Al preguntársele sobre el panorama de las tasas, Trichet respondió: "No decidimos hoy que este fuera el primero de una serie de incrementos en las tasas".
El euro reaccionó a esto último con una caída frente al dólar.