El espía ruso Alexander Litvinenko, asesinado en noviembre de 2006 en Londres por envenenamiento con el isótopo polonio 210, fue un triple espía que trabajaba para la KGB, los servicios secretos MI6 y para España, según se informó hoy en una audiencia preliminar previo al inicio de una causa judicial por su muerte.  

El consejero legal de la causa, Hugh Davies, declaró además en la Alcaldía de Camden (norte de Londres), donde se llevarán a cabo las audiencias, que el Estado ruso estuvo detrás del asesinato de Litvinenko.

El espía, de 43 años, falleció tras ser envenenado, luego de tomar el té con dos ex agentes rusos de la KGB, Andrei Lugovoy y Dmitry Kovtun, en el Millennium Hotel de Grosvenor Square, en Londres.

Los fiscales identificaron a Lugovoy como el principal sospechoso de la causa, pero Rusia se niega a extraditarlo a Reino Unido para ser interrogado.

Según Davies, un examen de material confidencial entregado por el gobierno británico "estableció un caso prima facie por la culpabilidad del Estado ruso en la muerte de Alexander Litvinenko".

Por su parte, Ben Emmerson, abogado que representa a la viuda de Litvinenko, Marina, dijo que la causa debería considerar también si el MI6 falló en su obligación de proteger al agente de "un peligro real e inmediato a su vida".

Litvinenko había trabajado para el MI6 por algunos años, como también para los servicios secretos españoles, al investigar poco antes de su muerte a la mafia rusa.

El espía se reunía de forma periódica con un "mediador" del MI6, llamado Martin, en el centro de Londres, y era pagado tanto por los servicios secretos británicos, como por los españoles, en una cuenta bancaria conjunta que mantenía con su esposa. En el pasado también había trabajado para la KGB.

La Federación Rusa indicó que desea ser considerada parte interesada en la causa, que comenzará oficialmente el próximo 1 de mayo.