Donald Trump está emprendiendo medidas enérgicas para abolir políticas enfocadas a cumplir las promesas de reducción de emisiones de dióxido de carbono -que EE.UU. hizo junto con otros 200 países en París- a la vez que se abstuvo de una decisión de retirarse formalmente del histórico acuerdo climático.
Trump firmaría ayer una orden ejecutiva que comienza a desarticular una serie de normas para combatir el cambio climático, que Barack Obama había incorporado al convertir la atención al clima en eje central de su segundo mandato.
Los cambios derivan del deseo de Trump de promover la economía estadounidense y la producción nacional de energía con combustibles fósiles, así como energía nuclear y renovable, protegiendo al mismo tiempo el aire y el agua, dijo un alto funcionario de la Casa Blanca.
Trump, quien en una ocasión tildó de "farsa" el cambio climático, ha prometido reorientar el gobierno de modo que prosperen los productores de petróleo y carbón de EE.UU., a la vez que los fabricantes no sean abrumados por restricciones que "destruyen el empleo".
"Muchas personas van a volver a trabajar, una gran cantidad de mineros de carbón van a volver a trabajar", dijo la semana pasada.
Algunos cambios tendrán efecto inmediato, como la derogación de una política de 2016 que alentaba a reguladores federales a considerar el cambio climático en las revisiones ambientales, así como las directivas de Obama que obligaban a organismos gubernamentales y las fuerzas armadas a computar el fenómeno en su planificación.
Y el gobierno de Trump también está descartando una medición de "costo social del carbono" de la era de Obama que estimaba el daño económico potencial del cambio climático y que se usó para justificar una serie de medidas ambientales. En cambio, el gobierno restaurará un patrón de 2003 para estimar los costos potenciales de nuevas regulaciones sobre las emisiones de gases de efecto invernadero.
Otras reformulaciones de la política en la materia tomarán años de trabajo, como revertir el Plan de Energía Limpia que obligó a los estados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero causados por la electricidad. Una norma del Departamento del Interior que establece requisitos para la fractura hidráulica en terrenos federales será rescindida. Y dos reglamentos que rigen las emisiones de metano potentes de yacimientos de petróleo y gas también serán revisados en la Agencia de Protección Ambiental y el Departamento del Interior, si bien cualquier cambio posible o una reversión tardarán años en ocurrir.
La mayoría de los cambios, si no todos, enfrentarán retos judiciales de los ambientalistas que ya luchan para defender el Plan de Energía Limpia de Obama."Al usar un mazo para las medidas climáticas, Trump empujará el país hacia atrás, haciendo más difícil y caro reducir las emisiones", dijo Andrew Steer, del Instituto de Recursos Mundiales.