En junio de 1974, el Presidente Richard Nixon se convirtió en el primer mandatario estadounidense en pisar Arabia Saudita e Israel. El jefe de Estado buscaba entonces obtener un triunfo en su política exterior, con el fin de desviar la atención del escándalo Watergate, caso que poco después lo haría caer. La gira, que también incluyó Egipto, Jordania y Siria, buscaba tranquilizar los ánimos. No obstante, nada cambió. Dos meses más tarde, Nixon renunció.

Ahora, aunque el viaje estaba programado desde hace semanas, el Presidente Donald Trump intenta utilizar la misma estrategia: que su primera gira al exterior, que parte en Arabia Saudita, desvié aunque sea unos centímetros la crisis que vive a raíz de la llamada "trama rusa".

El caos se generó luego que el mandatario republicano despidiera al director del FBI, James Comey, el martes 9 de mayo y tras la revelación del diario The Washington Post, un día después, de que habría entregado información clasificada a Rusia. Además, según The New York Times, en febrero Trump le habría pedido a Comey que no investigara a Michael Flynn, entonces asesor de seguridad nacional, por sus contactos con los rusos. Presuntamente, Flynn le habría advertido al equipo de Trump que estaba siendo investigado.

El viaje del mandatario podría darle un respiro a Trump, aunque el escándalo parece no tener fin. El Presidente se embarcará hoy rumbo a Riad (Arabia Saudita) junto a la primera dama, Melania; su hija, Ivanka, y su asesor y yerno, Jared Kushner. En su agenda figuran Estados con perfiles y religiones distintas: Arabia Saudita, Israel, Palestina y el Vaticano. Desde Jimmy Carter en adelante, la tradición era que el primer viaje al exterior fuera a México o Canadá.

Primera parada: Riad

Que Arabia Saudita sea el primer destino de Trump no es aleatorio: es un mensaje para despejar la idea de que el mandatario es anti musulmán. El Presidente, que dijo en una entrevista que el "Islam nos odia", busca apaciguar el resentimiento que levantó su intención de prohibir el ingreso a EE.UU. de ciudadanos de mayoría musulmana.

Se espera que el Rey Salman le dé una bienvenida más cálida que la que le otorgó a Barack Obama en abril de 2016. Muchas de las políticas impulsadas por Obama enojaron a Riad, como su vacilación al intervenir en la guerra en Siria y la firma del acuerdo nuclear con Irán, enemigo regional de los sauditas.

Trump tendrá una serie de eventos ya que, según The New York Times, los sauditas buscan proyectar a su país como un lugar "dinámico" y reafirmar su alianza con Washington. Además de los conflictos regionales, el tema del petróleo será clave.

El Presidente republicano participará de tres grandes reuniones: con el Rey Salman, con los líderes de las seis naciones del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC) y con líderes y representantes de más de 50 países musulmanes. A Riad también está invitado el Presidente de Sudán, Omar Hassan al-Bashir, procesado por la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad y el Presidente palestino Mahmoud Abbas, que se reunirá días después con Trump en Belén.

Junto al Rey saudita, el mandatario inaugurará el Centro Global para Combatir la Ideología Extremista, donde dará un discurso sobre el Islam. Además, como buen usuario de Twitter, hablará en una conferencia sobre redes sociales junto a Mohammed bin Salman, hijo del rey. Se espera que los otros temas prioritarios sean la seguridad y el combate al terrorismo. Riad busca que Trump mantenga su duro tono contra Teherán y pretende que el gobierno se involucre más en la guerra en Yemen.

Israel/Palestina

El lunes Trump llegará a Medio Oriente, en un viaje complejo y de alto calibre diplomático. No sólo el Presidente podría hacer historia al arribar en el primer vuelo directo de Arabia Saudita a Israel, como sostiene el diario Haaretz, sino que se espera que la visita dé impulso a las fracasadas y postergadas conversaciones de paz entre palestinos e israelíes. Trump ha dicho que quiere ser "facilitador" en el tema y busca que sea su gran legado en política exterior.

Por segunda vez desde que asumió la Casa Blanca en enero, Trump se reunirá con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. En la primera cita de febrero, Trump puso en duda la solución de dos Estados. No obstante, cuando el Presidente palestino, Mahmoud Abbas, visitó Washington en mayo, Trump se mostró cauto y escuchó las propuestas palestinas.

Se espera que Trump visite el Muro de los Lamentos, hecho que lo convertirá en el primer mandatario en ejercicio en hacerlo. El martes, se dirigirá a Belén, donde se encontrará con Abbas.

A su vez, la visita del mandatario a Medio Oriente se produce cerca de la fecha límite para decidir respecto de la reubicación de la embajada de EE.UU. de Tel Aviv a Jerusalén. Israel ha presionado para que Washington y otros países lo hagan, algo que rechaza los palestinos y parte de la comunidad internacional. Durante su campaña Trump se comprometió a trasladarla "rápidamente" a la "capital eterna del pueblo judío".

Europa, la escala final

La visita al Papa Francisco, el próximo miércoles, será un gesto simbólico a los cristianos. En 2013, Trump alabó la elección del Pontífice -"el nuevo Papa es un hombre humilde, muy parecido a mí, lo que probablemente explica por qué me gusta tanto" -aunque es poco probable que el jefe de la Iglesia Católica lo critique en público, por ejemplo, por el tema de los refugiados y su controvertida política migratoria.

Durante la campaña, el Pontífice escribió: "Una persona que sólo piensa en construir muros, donde quiera que estén, y no puentes, no es cristiana". Trump, presbiteriano declarado, calificó el comentario de "vergonzoso".

Tras el Vaticano, el jefe de Estado se trasladará a Bruselas para la cumbre de la OTAN -a la que tildó de "obsoleta" durante la campaña, aunque meses más tarde se retractó- y luego llegará a Sicilia, Italia, para la cumbre de líderes del G7, el 26 y 27 de mayo. Según la agencia EFE, el cambio climático estará muy presente en las conversaciones de Trump con sus socios europeos en Bruselas y con los líderes del G7, ante la incógnita sobre qué hará respecto al Acuerdo de París. Será una gira larga en la que no se descarta que pueda enfrentar protestas.