El presidente estadounidense, Donald Trump, invitó a su homólogo filipino, Rodrigo Duterte, a Washington. Ambos sostuvieron una "amistosa" llamada telefónica en la que discutieron la "amenaza" de Corea del Norte, informó la Casa Blanca.
"Fue una conversación muy amistosa, en la cual los dos gobernantes discutieron las preocupaciones de la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia (ASEAN) sobre la seguridad regional, incluida la amenaza de Corea del Norte", dijo la Casa Blanca en un comunicado.
Corea del Norte viene de realizar un nuevo lanzamiento fallido de un misil, al día siguiente de que Washington presionar ante el Consejo de Seguridad de la ONU para reforzar las sanciones internacionales contra Pyongyang ante su "amenaza nuclear".
Ambos mandatarios también "discutieron el hecho de que el gobierno filipino está luchando muy duro para librar a su país de las drogas, un flagelo que afecta a muchos países en todo el mundo", añadió.
Duterte, conocido por su lenguaje soez e incluso fue catalogado como el "Trump filipino", ha fustigado las críticas a su guerra antinarcóticos, que Amnistía Internacional y otros grupos de derechos humanos han advertido que puede constituir un crimen contra la humanidad.
El mandatario filipino calificó en 2016 al entonces presidente Barack Obama como "hijo de puta" por criticar su política antidrogas y en marzo tildó de "locos" a los parlamentarios europeos por emitir una declaración condenando las muertes más de 5.000 personas en esa campaña.
"El presidente Trump también invitó al presidente Duterte a la Casa Blanca para discutir la importancia de la alianza entre Estados Unidos y Filipinas, que ahora se dirige en una dirección muy positiva", indicó.
El portavoz de Duterte confirmó la invitación, pero no precisó la fecha de visita.