En medio de críticas por la victoria del referéndum celebrado en Turquía el pasado domingo, el presidente estadounidense, Donald Trump, llamó y felicitó ayer a su homólogo turco, Racep Tayyip Erdogan.

Esta llamada se realizó a pesar de las protestas de partidos de oposición y de grupos de observadores internacionales.

Los votantes aprobaron el domingo por la mínima (51,4%), una reforma constitucional que sustituirá el sistema parlamentario por uno presidencial, por lo que ampliaría los poderes presidenciales. De acuerdo a este nuevo sistema, el presidente podrá nombrar a ministros y miembros destacados del gobierno, emitir decretos y declarar estados de emergencia.

Los partidos de oposición han denunciado una serie de irregularidades, como una decisión de la junta electoral de aceptar papeletas sin el sello oficial que requiere la ley turca. Observadores internacionales de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa dijeron que la decisión socavó las salvaguardas contra el fraude.

En la conversación, Trump también aprovechó de agradecer a Erdogan por su apoto al bombardeo contra Siria por el rpresunto ataque químico de Bashar al Assad y abordaron la campaña militar para combatir al grupo yihadista Estado Islámico.