Las buena relación entre la primera ministra británica, Theresa May, y el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se encuentra en la cuerda floja. Esto, luego que el mandatario norteamericano difundiera el miércoles en Twitter tres videos de la organización de extrema derecha Britain First, cuyos miembros marchan al frente de mezquitas con cruces y sus líderes sostienen que la sociedad cristiana británica ha sido tomada por "infieles extranjeros" que quieren imponer la ley islámica.
Ante esto, el gobierno británico reprochó ese mismo día a Trump el "error" de difundir los videos. Pero al mandatario no le cayó bien esta actitud e instó a May a meterse en sus asuntos: "Theresa May, no te centres en mí, concéntrate en el terrorismo radical islámico en Reino Unido. A nosotros nos va muy bien", escribió el Presidente en Twitter.
La premier británica, que se encuentra de visita en Jordania, no quiso responder hoy al ataque directo de Trump, pero dijo que difundir material de la organización extremista fue "un error".
Al mismo tiempo, dio a entender que esta controversia no perjudicará las relaciones bilaterales: "Como primera ministra dejo claro que la relación con Estados Unidos debe continuar". "Es una relación perdurable que existe porque es del interés nacional de ambos", aseguró May.
Los videos difundidos por el mandatario, que tiene más de 40 millones de seguidores en Twitter, fueron subidos inicialmente por Jayda Fransen, la segunda al mando de British First, un grupo que fue fundado por ex miembros de la colectividad de extrema derecha Partido Nacional Británico.
Según la cadena BBC, Fransen, de 31 años, ha sido acusada en Reino Unido de "usar palabras y detener un comportamiento amenazante o abusivo" (ver recuadro).
Los analistas coincidían en que el impasse llega en un momento complejo para Londres, que está buscando grandes aliados que no sean la Unión Europea, considerando que abandonará el bloque en marzo de 2019.
En una columna, el diario Financial Times señaló que "la discusión" con Trump va a impulsar a May en Reino Unido y también entre muchos aliados de Londres. Esto, después de su discutida decisión de acoger al Presidente tan pronto como llegó a la Casa Blanca, acción que fue vista con horror por los parlamentarios en la isla.
Por ese entonces, ambos se jactaban de tener una "relación especial". Pero ese lazo se encuentra ahora en entredicho e incluso la atención se ha centrado en la visita de Estado que Trump realizará a Reino Unido en 2018. En ese sentido, un portavoz de May confirmó que la invitación había sido extendida y que fue aceptada, pero no entregó más detalles.
Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC en Estados Unidos, señaló que si bien es una controversia innecesaria, las consecuencias internacionales pueden ser muy reales.
En todo caso, esta no es la primera controversia de Trump con Reino Unido. El Presidente se ha enzarzado en diversas ocasiones con el alcalde musulmán de la capital británica, Sadiq Khan. Y como era de esperar, el edil no quedó indiferente. "Está cada vez más claro que cualquier tipo de visita oficial del Presidente Trump a Reino Unido no sería bienvenida", dijo y añadió que las acciones de Trump "son una traición a la relación especial entre nuestros dos países".
Quien tampoco quedó al margen fue Brendan Cox, esposo de la parlamentaria Jo Cox, quien fue asesinada por un extremista que antes de matarla gritó "Britain First". "Tienes un tiroteo masivo todos los días en tu país, tu tasa de homicidios es mucho más alta que la de Reino Unido, tu sistema de salud es una desgracia, no puedes aprobar nada en un Congreso que controlas.
Me enfocaría en eso", escribió en Twitter.