"El muro es el muro, nunca ha cambiado o evolucionado desde el primer día que lo proyecté". Con esta frase, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reafirmó este jueves su convicción de construir un muro en la frontera con México.

La declaración hecha por Trump vía Twitter contradijo, además, al jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly. Según The Washington Post y The New York Times, durante una reunión con legisladores hispanos el miércoles, Kelly dijo que algunos de los puntos de vista sobre inmigración expresados por Trump en la campaña estaban "desinformados".

Más tarde, Kelly amplió sus declaraciones y dijo a Fox News que las visiones del Presidente habían "evolucionado" y que el gobierno estadounidense estaba considerando tasas de visados y una renegociación del TLCAN como formas de obtener ingresos de México.

Aunque los demócratas rechazan la idea de levantar un muro fronterizo, cuya construcción se estima en más de US$ 20.000 millones, Trump insiste en que éste "será pagado, directa o indirectamente, o mediante un reembolso a más largo plazo, por México, que tiene un ridículo superávit comercial de 71.000 millones de dólares con Estados Unidos".

Trump también agregó que algunos tramos del muro serán "por necesidad, transparentes", aludiendo a zonas donde "hay protección natural como montañas, páramos, ríos difíciles o agua".

El muro fronterizo se encuentra en el corazón de una lucha en el Congreso para reformar la ley de inmigración antes del vencimiento en marzo de un programa que protege a los llamados "dreamers". Según cifras difundidas por The Associated Press, cerca de 800.000 jóvenes llegaron a Estados Unidos siendo niños, ya sea porque sus padres entraron ilegalmente al país o porque se quedaron una vez que expiraron sus visas, por lo que podrían ser deportados si no tienen protección legal.

La construcción del muro, promesa de campaña del actual mandatario republicano para enfrentar a los traficantes de drogas e inmigrantes indocumentados, ha sido justificada en reiteradas ocasiones por Trump, quien aseguró nuevamente que "necesitamos el muro para la seguridad de nuestro país. Necesitamos el muro para ayudar a detener el flujo masivo de drogas desde México, ahora calificado como el país más peligroso del mundo. Si no hay muro, ¡no hay acuerdo!".

Aunque el Presidente estadounidense no se refirió específicamente al TLCAN, en el pasado ha amenazado con retirar a su país del acuerdo.

Los dichos de Trump generaron una rápida reacción del gobierno mexicano que, a través de su cancillería, reiteró que no pagará por la construcción del muro fronterizo y aseguró que no negociará el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ni otros temas bilaterales, a través de redes sociales.

"Como ha sostenido siempre el gobierno de México, nuestro país no pagará, de ninguna manera y bajo ninguna circunstancia, un muro o barrera física que se construya en territorio estadounidense a lo largo de la frontera con México".

La nota agregó que "aunque México tiene un problema significativo de violencia, es abiertamente falso que México sea el país más peligroso del mundo", Además, la cancillería mexicana señaló que la violencia "sólo terminará si se tratan sus causas de raíz: la alta demanda de drogas en Estados Unidos y la oferta desde México (y otros países)".