La tensión entre Estados Unidos y México escala día a día y los Presidentes Donald Trump y Enrique Peña Nieto se encuentran enfrentados en una de las peores crisis entre ambos países en décadas. En la mañana de ayer el mandatario mexicano anunció que no asistiría a la reunión con Trump en Washington, programada para el próximo martes, lo que abrió un profundo impasse diplomático entre ambas naciones.
La decisión de Peña Nieto fue en respuesta a la indignación pública que se desató en México luego de que el mandatario estadounidense firmara el miércoles una orden ejecutiva para dar inicio "de inmediato" a la construcción del muro en la frontera. Las protestas en México no se hicieron esperar y una serie de figuras políticas salieron a reclamar que Peña Nieto suspendiera la reunión. "México reitera su voluntad de trabajar con Estados Unidos para lograr acuerdos en favor de ambas naciones", señaló el jefe de Estado. Por su parte, Trump afirmó que "mientras México no trate a EE.UU. de manera equitativa y con respeto, una reunión es estéril".
Además, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, anunció ayer que Trump tiene previsto financiar el muro imponiéndole a México un 20% de impuesto en todas las importaciones provenientes de México. El Presidente quiere incluirlo dentro de una reforma fiscal más amplia que pretende negociar con el Congreso.
Trump ha desafiado a los mexicanos. No sólo los llamó "violadores" y "asesinos" durante la campaña, sino que ha anunciado una serie de medidas que los afectarán directamente, deteriorando la relación entre ambos países. Además de decretar la construcción del muro, el mandatario ha señalado que busca renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) un acuerdo entre EE.UU., Canadá y México, que entró en vigor en 1994 y que ha disminuido barreras aduaneras y eliminado restricciones de inversión. Las exportaciones mexicanas dependen en un 73% de EE.UU., por lo que su renegociación sería un duro golpe para la economía mexicana. Además, Canadá mostró señales de que podría dejar a México lidiando solo con Washington.
Peña Nieto, a quien aún le quedan dos años de gobierno, vive momentos difíciles. Este mes tocó su punto más bajo de aprobación con un 12% tras el "gasolinazo", la crisis que se generó por el aumento del precio del combustible en un 20% y que provocó multitudinarias manifestaciones en su contra. Y ahora, debe lidiar con Trump.
El mandatario mexicano grabó un mensaje la noche del miércoles señalando que "lamentaba y desaprobaba" la decisión de Washington de llevar adelante la construcción del muro, pero hasta ese momento, sus planes de reunirse con Trump aún estaban en agenda. Allí se esperaba que ambos mandatarios hablaran sobre el NAFTA, luego de que dos ministros mexicanos afirmaran el martes que no aceptarían cualquier renegociación del tratado.
La decisión de Peña Nieto de visitar a Trump, quien hoy cumple una semana en la Casa Blanca, cambió luego de que el Presidente de EE.UU. señalara en Twitter que si México se negaba a pagar el muro, debería cancelar la reunión. "Estados Unidos tiene un déficit del acuerdo comercial de US$ 60 mil millones con México. Ha sido un trato de solo una parte desde el comienzo del NAFTA con muchos trabajos y compañías perdidas. Si México no quiere pagar por el tan necesitado muro, entonces será mejor cancelar la reunión", escribió. Eso fue suficiente para Peña Nieto Pese. Después, la Casa Blanca dijo que buscará programar otra reunión.