La canciller alemana, Ángela Merkel, por primera vez la Casa Blanca bajo la administración de Donald Trump.

Se trató de una reunión que generó bastantes expectativas, ya que anteriormente solo habían hablado telefónicamente y el republicano en diversas ocasiones lanzó dardos contra su homóloga alemana, quien mantenía una estrecha relación con el ex presidente Barack Obama.

Y es que precisamente en la rueda de prensa conjunta, Merkel dijo que "es mucho mejor hablar uno con el otro y no uno acerca del otro".

En esta ocasión, Trump aseguró que "la inmigración es un privilegio y no un derecho" y que "la seguridad de nuestros ciudadanos debe ir primero".

Merkel coincidió en este punto con el republicano. "La seguridad migratoria es seguridad nacional", sostuvo la canciller.

La líder alemana también quiso respaldar su apoyo a la OTAN frente al presidente estadounidense. De esta manera, aseguró que los socios de la Alianza "seguirán trabajando" para incrementar sus contribuciones a la defensa común.

Mientras que Trump dijo que mantendrá su respeto hacia las instituciones históricas, pero que las otras naciones también deben hacerse responsables de una porción justa del apoyo a la alianza de defensa multilateral.

Respecto a la lucha antiterrorista, el presidente estadounidense apreció los esfuerzos alemanes para acabar con el grupo yihadista Estado Islámico (EI), y subrayó que los dos países deben "seguir trabajando juntos" para protegerse del terrorismo islamista.

"Aplaudo a la canciller Merkel por las contribuciones de Alemania, tanto civiles como militares, como miembro de la coalición contra el EI", añadió Trump.