Envolver regalos es sagrado en Japón y se realiza de acuerdo con diferentes reglas. Y es que la importancia de empaquetar las cosas es tal, que a veces tiene más valor lo de afuera que lo de adentro; este acto se denomina tsutsumi, palabra asociada también a la modestia o la discreción con los sentimientos.

En Japón hay diferentes reglas para cubrir los objetos: envoltorios especiales para el dinero (kinsu-tsutsumi), los pinceles (fudetsutsumi), las barritas de tinta, los kimonos o los obis (ogi-tsutsumi y obi-tsutsumi), los abanicos (oshiroi-tsutsumi), los peines, las agujas, los palillos (hashi-tsutsumi), el incienso, etc. Son maneras que nacen de la forma del objeto en sí, algo completamente distinto a nuestra geometría, casi siempre basada en la posición en ángulo del papel respecto a la forma original del regalo.

Otro tipo de envoltorio se llama furoshiki, que es realizado con piezas de tela cuadradas, que se atan con nudos en sus extremos. Originalmente se refería a una alfombrilla de tela que se usaba en el baño japonés para envolver la ropa usada o el kimono de baño húmedo al volver a vestirse. Actualmente se venden cuadrados de tela perfectos con bonitos estampados para envolver un regalo.