Como presidente de la Comisión de Trabajo de la Cámara, el diputado Tucapel Jiménez (PPD) jugará, durante enero, un rol clave en la tramitación de la reforma laboral del gobierno.
Antes de que ese cargo sea asumido, a partir de marzo, por su par del Partido Comunista Lautaro Carmona, Jiménez dice que apostará a generar una tramitación expedita, aunque dando espacio para que todos los actores sean escuchados, partiendo por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Hijo del asesinado dirigente sindical del mismo nombre, el parlamentario ha impulsado una serie de proyectos junto al actual timonel del PS y ex ministro del Trabajo durante el primer gobierno de Bachelet, Osvaldo Andrade. Ambos, de hecho, activaron una coordinación hace algunos meses para tramitar iniciativas en paralelo a la preparación de la reforma por parte del Ejecutivo, ofensiva en la que se incluyó, incluso, a Renovación Nacional.
Ahora, sin embargo, Jiménez dice estar conforme con los temas que pretende presentar La Moneda, principalmente la titularidad sindical, pese a que varias peticiones de la CUT quedaron fuera del proyecto, lo que ya ha desatado críticas desde algunos sectores de la Nueva Mayoría. Y hace un llamado a tramitar la iniciativa con celeridad, durante tres meses por cada Cámara del Congreso. Incluso, adelanta la posibilidad de citar a sesiones extras para cumplir con ese plazo. Todo esto, dice, para entregar "certidumbres" a todos los sectores, incluidos los empresarios, quienes han cuestionado duramente los objetivos de la reforma.
¿Está conforme con los contenidos de la reforma laboral?
Si bien es cierto hay muchos que creen que hay que hacer un cambio completo al Código Laboral, yo personalmente creo que con estos nueve puntos que están sobre la mesa va a cambiar el escenario del mundo del trabajo y hay que destacar cuatro puntos que son los más importantes y que a lo mejor son los que han provocado más rechazo en los empresarios, como la titularidad sindical, el derecho a huelga real, la ley de pisos y la negociación colectiva. Yo creo que de esos cuatro puntos, son dos los que provocan el rechazo de los empresarios: la titularidad y el derecho real a huelga de los trabajadores
¿Hay alguna presión para que se incluya todo el petitorio de la CUT en la reforma? ¿Hay puntos que pueden ser prescindibles?
La verdad es que creo que todos los puntos de la CUT son atendibles, pero yo creo que lo que está planteando el gobierno es un avance significativo en las relaciones laborales. De todos los puntos que plantea la CUT, hay uno que se podría incorporar en la discusión, que es el artículo 161, de despido por necesidades de la empresa. En todo caso, yo creo que la CUT va a hacer su trabajo, va a hablar con los parlamentarios, los vamos a recibir en la comisión y tendrán que plantear sus observaciones al proyecto, y no faltará el diputado que tome alguna iniciativa de la CUT y la presente como observación. No se les puede quitar esa facultad a los diputados, pero por todo lo que he conversado, llevamos un mes conversando con la ministra, con todos los empresarios, partidos políticos, con organizaciones sindicales, con la Iglesia, y yo creo que, en general, estamos de acuerdo en un 90% o 95% del proyecto.
El gobierno apuesta a que esta reforma se despache y tramite rápido. ¿Usted está en la misma línea o cree que hay que tomarse el tiempo necesario?
Yo tengo dos esperanzas. Primero, que los empresarios comprendan que esta reforma no es en contra de ellos, que es una reforma que sólo busca justicia, y lo segundo, es que dentro de lo importante que es esta reforma, podamos realizarla escuchando a todo el mundo, pero también con la rapidez que el país necesita, porque si hay un argumento que yo concuerdo plenamente con los empresarios es que esto provoca incertidumbre y para que nosotros les podamos dar certidumbre a los empresarios, tenemos que tener las reglas claras lo antes posible.
TRES MESES EN CADA CAMARA
¿El gobierno maneja plazos tentativos respecto del proceso de tramitación?
Yo me imagino que serán tres meses en cada Cámara y creo que ese es un plazo más que suficiente, y si tenemos que sesionar dos veces a la semana, los lunes en Santiago y los martes en Valparaíso, yo creo que amerita hacerlo. Podrían ser cuatro meses en cada Cámara, pero yo voy a proponer que la comisión sesione dos veces por semana para darle un poquito más de celeridad, pero lo que no podemos hacer es dejar de escuchar a las organizaciones que debieran ser escuchadas y el gobierno tiene las mejores de las intenciones, lo ha hablado con todo el mundo para que llegue lo más consensuado posible, pero igual en el Congreso va a haber debate y ahí podrá mejorar lo que haya que mejorar y corregir lo que se deba corregir y sacar algo que esté mal en el proyecto. Esa es la labor nuestra.
¿Esta reforma será conversada y negociada con la oposición tal como se hizo con la reforma tributaria?
Yo creo que el diálogo es siempre súper importante. Por supuesto que va a haber puntos en que no nos pongamos de acuerdo, pero yo he visto a algunos diputados de RN e incluso de la UDI decir que tienen alguna intención de llegar a acuerdo y eso es valorable y ojalá lo podamos hacer, pero hay cosas que no podemos sacar de la reforma.
¿Como qué?
La titularidad sindical, que es uno de los argumentos que más rechazo provoca en el empresariado, y lo que hace en definitiva es darle el empoderamiento que hoy día no tienen los sindicatos. Se acusa de que se pretende obligar a los trabajadores a afiliarse, cosa que es falsa, porque va a haber libertad absoluta, pero hoy día uno con el mismo argumento podría decir que indirectamente se obliga al trabajador a no afiliarse, porque cuando un sindicato que representa al 10% o 15% de los trabajadores de una empresa, negocia colectivamente y lo que hace el empleador es extender los beneficios a todos los trabajadores. Pero lo que consigue ese sindicato es muy distinto cuando representa al 15% que cuando representa al 80% de los trabajadores.
¿Y el reemplazo en las huelgas?
Hoy día la huelga en Chile ¿en qué se ha transformado? En tocatas afuera de la empresa, los trabajadores con pitos y tambores metiendo ruido, mientras la empresa sigue funcionando, y ¿qué provoca esto? Un desgaste emocional y una frustración en los trabajadores, en los dirigentes, porque ven que pasan los días y están tocando afuera de la empresa y adentro sigue funcionando y no consiguen nada, y eso desincentiva tremendamente la afiliación a los sindicatos. El derecho real a huelga existe en todo el mundo y yo no veo por qué alguien pueda oponerse a eso, y si hay una relación de equidad, los conflictos van a ser menores.
¿Esos son los "intransables"?
Sí.
Hermann von Mühlenbrock dijo que esta reforma podría traer consecuencias graves, incluso mayores que la reforma tributaria. ¿Comparte ese juicio?
Insisto, no veo por dónde una relación de equidad entre sindicatos y empleadores pueda afectar la economía y el empleo. Esta reforma no es contra los empresarios; ellos tienen que entender de una vez por todas que no es contra ellos, sino que lo único que busca es que haya mayor equidad social. El mejor ejemplo es que cuando presenté un proyecto de ley con el diputado Nicolás Monckeberg respecto de los trabajadores del comercio, la Cámara de Comercio reaccionó preocupada, pero se instaló una mesa de diálogo con todos los empleadores, con tres organizaciones sindicales y después se logró un acuerdo del que salieron contentos todos.
Usted mismo plantea que hay que darles certidumbre a los empresarios. ¿No tiene temor de que la reforme termine atenuándose?
Atenuándose más de lo que está no puede ser, porque tendríamos que haber partido la reforma con todos los puntos de la CUT, pero se atenuó a estos nueve puntos que le van cambiar la cara al mercado laboral. Tengo la impresión de que los empresarios siempre piden dos cosas, paz social y reglas claras, y en ese sentido esta reforma laboral no se puede discutir de un día para otro, pero tres o cuatro meses es un plazo razonable. Por más presiones que haya, yo creo que el proyecto se va aprobar como viene, pero si se puede mejorar, lo vamos a hacer.
EL ROL DEL PC
En marzo, Lautaro Carmona (PC) asumirá la presidencia de la Comisión de Trabajo. ¿Espera que continúe con su línea de trabajo?
Yo creo que él va a seguir la misma línea. El pertenece a la coalición de gobierno y esto está en el programa de la Presidenta Bachelet.
¿Qué tan compleja puede ser la discusión de esta reforma al interior de la Nueva Mayoría?
Creo que si hay un proyecto de todos los estructurales que más consenso tiene entre todos nosotros es la reforma laboral. A lo mejor puede pasar lo que ocurrió con la reforma tributaria, que muchos, como yo, por ejemplo, encontramos que podría haber sido un poco más ambiciosa, pero también entendimos que había que alinearse con el gobierno, porque era una promesa de la Presidenta y yo creo que en lo laboral es donde hay más consenso.
¿Cuál espera que sea el rol de la DC?
Yo creo que la DC igual va estar detrás del este proyecto. A diferencia de otros, yo creo que la DC ha hecho su pega. Dentro de un conglomerado tan grande como es la Nueva Mayoría tiene que haber diferencias, pero al final del día la DC siempre ha votado en favor de los proyectos de gobierno.