Turismo libertino: Viajar para tener sexo
Las travesías sólo para adultos hoy representan una industria de 20 mil millones de dólares al año y tienen a Europa como principal protagonista. En este mercado, donde no hay cabida para la prostitución ni las prácticas ilegales, hay agencias especializadas que ofrecen fiestas, encuentros y retiros en mansiones, resorts, trenes, clubs y cruceros.

"Una persona no restringida por las convenciones o la moralidad", "Alguien que actúa sin límites morales", "Libre, atrevido, disoluto". Estas son algunas de las definiciones que entregan diccionarios anglosajones y la Real Academia Española para el término "libertino", que se popularizó en los siglos XVII y XVIII a través de relatos con una carga sexual sumamente atrevida para la época, como Relaciones peligrosas, de Pierre Choderlos de Laclos, y las crónicas del Marqués de Sade. Hoy el concepto es utilizado por una industria muy distinta a la literaria: el turismo pensado para quienes van en busca de sexo.
En un artículo publicado en diciembre, la revista estadounidense Paste dice, eso sí, que al hablar del "turismo libertino" es necesario hacer una distinción clave: "Antes de juzgar a este tipo de viajero, hay que decir que no corresponde al típico turista sexual. No son hombres de negocios de mediana edad a los que les gustan las chicas tailandesas de 18 años. No, estos 'libertinos' prefieren medios legales para experimentar el placer y el exhibicionismo en playas nudistas, resorts para el intercambio de parejas o eventos como una fiesta sexual con disfraces de monjas en un edificio de departamentos de Berlín". Básicamente, afirma la publicación, "cualquier viajero que busca placeres físicos para su cuerpo durante su travesía es considerado un turista libertino… y es una industria multimillonaria".
Tal como dice la revista, este nicho se está convirtiendo en una verdadera mina de oro: en noviembre el diario francés Le Monde publicó un reportaje en su sección de economía donde señala que los llamados "viajes atrevidos" se están volviendo tan populares que generan casi 20 mil millones de dólares al año. Esta oferta, que tiene como requisito básico la práctica consentida de distintos tipos de sexualidad y donde la prostitución no tiene cabida, incluye palacios europeos, cruceros, trenes dedicados a diferentes placeres, villas, hoteles, recintos tipo Bed & Breakfast, e incluso lugares para acampar que se especializan en el libertinaje.
En este mercado, Europa y Francia en particular se han convertido en la meca de los libertinos. De hecho, en 2014 la consultora gala IFOP encuestó a más de cinco mil personas de entre 18 y 69 años en Francia, Italia, España, Bélgica, Alemania y Gran Bretaña, y estableció que "una creciente proporción de la población ya no limita su sexualidad a los parámetros conyugales convencionales". El sondeo reveló que cada mes más de dos millones de personas se conectan a sitios web libertinos en Francia y que en el Viejo Continente este tipo de turismo ya produce 1,2 mil millones de euros al año.
La nación gala vive un boom en este nicho. Dentro de sus fronteras hay casi 500 clubs dedicados al intercambio de parejas (swingers) y a distintos tipos de libertinaje, muchos de los cuales están en pleno centro de París y se han puesto tan de moda que el semanario L'Express publicó un mapa con sus ubicaciones. Además, la versión francesa del diario europeo The Local publicó una lista con la "créme-de-la-créme" de lugares para "parejas que buscan emociones sexuales".
Uno de ellos es Les Chandelles, un club de swingers en el que se deja entrar sólo a parejas, aunque en un artículo vivencial publicado en The Daily Beast la periodista Jordan Nader dice que a veces se deja pasar a hombres solos. Las mujeres nunca son permitidas sin compañía para evitar que estén ejerciendo la prostitución. El costo de entrada por pareja ronda los 100 dólares y en su sitio web explican que "Les Chandelles tiene un miedo religioso a los zapatos planos, las zapatillas y la ropa deportiva, además de las camisas de manga corta y los calcetinas blancos. En resumen, a la hora de visitarnos, vestirse con buen gusto es un requisito para experimentar la seducción Chandelles". Más importante aún es que en el club no se aceptan la "vulgaridad, la falta de respeto y la estrechez de mente. Nos gusta el arte de la seducción y nos encanta ser deslumbrados por los mejores seductores".
Además de este local, en el último tiempo se han hecho conocidos establecimientos como L'Overside, que promete sorprender a sus clientes "con una atmósfera única para hacer realidad sus fantasías sexuales, y el Taken Club, que además se ufana de tener uno de los mejores bares de París. Le Mask es otro de estos recintos y recibe a parejas y solteros con la promesa de tardes "ilícitas y atrevidas".
Según Forbes, el crecimiento de la industria está ligado directamente a los altos precios que están dispuestos a pagar estos turistas para dar rienda suelta a sus pasiones: por ejemplo, el crucero Desire, que se realiza a bordo del navío Azamara Quest, cobra entre tres mil y diez mil euros por persona. La travesía, que se realiza cada septiembre y dura ocho días, parte en Venecia y recorre las costas de Croacia y Eslovenia ofreciendo "juegos eróticos y veladas con temas provocativos".
El boom de las agencias
La popularidad de estos viajes también ha motivado la aparición de varias agencias especializadas. Swingsy es una de ellas y está organizando una versión más atrevida del clásico recorrido ferroviario conocido como el Expreso de Oriente. Este trayecto fue creado en 1883 para unir París y Constantinopla, la actual Estambul, en Turquía, pero lo que propone Swingsy es un "tren del sexo" que pasará por París, Amsterdam, Berlín y Barcelona, con shows y actividades variadas.
Otra empresa bastante popular es Madame "O", la cual no sólo ofrece una membrecía a una "Sociedad Libertina", sino que también organiza eventos en castillos, hoteles, villas y yates. Además posee el Club O en Milán, una academia de sexo tántrico y la agencia de viajes Casanova con eventos como "Casanova y la venganza de la dama velada", que se realizará durante el carnaval de Venecia en febrero, y "Dionysus", que se efectuará en junio en Grecia.
La propia Madame "O" señala a Tendencias que el crecimiento de este tipo de turismo se debe a que el "mundo se está volcando hacia una expresión libre del espíritu sexual. Más y más gente se inspira a seguir sus pasiones y deseos, por lo cual buscan, exploran y disfrutan un estilo de vida adulto y de mente abierta en ambientes seguros. Hoy la aceptación del erotismo en la vida general está mucho más expuesta que antes". Ella dice que su organización no "está ligada a la pornografía o el intercambio de parejas habitual. La mente abierta y el libertinaje se centran en el erotismo, en ser seductores, en vestirse de manera sofisticada y elegante y en condimentar la vida con gente en tu propio nivel. Lo que buscamos es guiar a nuestros miembros a los clubs, resorts, fiestas y retiros adecuados".
Alrededor del mundo
Además de Europa y Francia –donde regiones como la ciudad portuaria de Cap d'Agde ya es conocida como "Disneylandia para adultos" por sus villas y chalets dedicados al libertinaje-, existen varios otros sitios que ofrecen este tipo de turismo. Uno de ellos es el resort Mai Tai, en Australia, ubicado en la cima de una montaña y donde sólo pueden entrar adultos, ya que está la opción de bañarse desnudos en la piscina. También está el club Hedonism II, que funciona cerca del pueblo jamaiquino de Negril, reconocido mundialmente por sus playas. El recinto se define a sí mismo como un resort donde la ropa es opcional y en el cual los huéspedes "pueden hacer básicamente lo que quieran".
En Cancún, México, opera el resort y spa Temptation, un lugar también reservado sólo para mayores de 21 años. Además de contar con siete restaurantes que abarcan más de 15 estilos culinarios de todo el mundo, el recinto también tiene uno de tipo afrodisíaco llamado She. Además tiene una "Piscina Sexy", un club nocturno llamado Bash y acceso a playas donde el estilo topless está plenamente aceptado.
Sobre el futuro de esta industria, Madame "O" es clara: "Creo que el mundo se irá volviendo aún más liberal y que la gente buscará comunidades, productos, servicios, viajes, fiestas y retiros para explorar sus pasiones y deseos. Además, las personas serán más conscientes de su propia sexualidad y de cómo esta puede mejorar su calidad de vida, además de la complicidad en la vida de pareja".
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